(En un páramo a las afueras de Saguenay.)
- Jack, ¿Listo? - Asintió. - ¡Venga!.
El disparo rebotó en el muro con un eco sordo, la bala rebotó una, dos veces, y después se quedó inmóvil en tierra. Mi hermano la miró como si ese pequeño trozo de metal le hubiera traicionado. Iba a acercarme cuando una estatua de metro ochenta se plantó delante de mí. Parker, el entrenador de Jack, apodado " la estatua" por ser capaz de mantenerse quieto hasta parecer un soldado de la guardia inglesa, me preguntó que habían sido esos disparos.
- ¿Me estás escuchando? - Asentí. - No debes ver a tu hermano durante sus practicas de tiros.
- Sabes que si no, se pone nervioso - Repliqué. No podía ser más cierto. Con la buena puntería de Jack no era normal que errara así. Ignoré a Parker, pero me agarró del brazo.
- No es mi culpa que su hermano tiemble más que una gallina - Gruñó. -Tu hermano tiene un don, no es para estar desperdiciándolo con inútiles como tú. - De golpe le sonó el walkie talkie informando de que habían visto un vehículo humano recorriendo las cercanías.
- Chicos, me tengo que ir - Dijo rápidamente mientras iba por su moto. - Skay, ojito con lo que haces -
- ¿Mi culpa? - Pensé - No es su culpa que tú tengas complejo de mastodonte. -
- ¿Qué has dicho? - Se giró, rojo de ira. ¿Lo había dicho en voz alta?
- Dije que no tiene confianza en el deporte. - Sonreí temeroso de que no me creyera.
- Esto no es un deporte - Volvió a gruñir.
- Lo sé. - Contesté. Se sorprendió al verme repentinamente serio. - Por supuesto que no lo es. - Me miró mal por última vez y se dio la vuelta. Me giré a Jack, que ya se preparaba de nuevo en su puesto con el rifle.
Era normal que no me llevase bien con el, forzaba a Jack a sus limites haciéndole llevar armas muy pesadas, no tenia mucho entrenamiento, justo acababa de cumplir los 16 hace unos meses, y le pusieron directo para armas de gran calibre.
- Esa fue buena - Sonrió. Le costaba sujetar el arma; comprensible, llevar cinco kilos en un brazo requiere algo de esfuerzo para alguien que no está acostumbrado a eso. Sigo insistiendo en que también den armas más ligeras.
- Puede - Me encogí de hombros. - ¿Cómo vas? ¿Necesitas ayuda?
- ¿Te estás burlando? - Se quejó. - Ya sabes como voy. Y Parker diciendo "Adelante, inútil", no me hace agarrar ningún tipo de confianza - Parker le tenía un extraño apego a esa frase. No había día en que no la dijera.
- Venga - Repuse. - Aún así, él es bueno en lo que hace, enséñale que tú también.
- Pero...
- Apunta y dispara.
- Pero...
- Jack, apunta y dispara. - Señalé el objetivo. Disparó. La bala salió del arma con un cañonazo y atravesó al muñeco de pruebas por la funda que debía ser la garganta. Disparó otra vez, dejándolo clavado en el suelo.
Se echó hacía atrás y suspiró.
- ¿Qué tal? - Me miró de reojo, a lo que yo sonreí.
- Dios, hermano ¿Estás de broma? - Señalé al muñeco. - Ha sido genial.
- ¡Puff! - Se pasó las manos por el pelo. - Sabía que era mejor de lo que decía el idiota de Parker.
Mejor, no, era genial. Su puntería siempre lo había hecho destacar. Me pregunté si de verdad no se daba cuenta. Fui a poner al muñeco en pie.
- ¿Sabes...? esto... - Comenzó Jack. Y en un instante, ese instante, él solo pudo gritar: - ¡Skay!
El rifle no tenía el seguro puesto. La bala salió disparada y esta vez sí pude escuchar el zumbido, no el cañonazo que provoca al salir. Ese zumbido duró el instante, voló y me advirtió del daño inminente. Giré sobre mis talones, y la bala chocó con el muro. Cayó, rebotó; y, yo gruñí y me llevé una mano al hombro.
¿Qué es esto?...
¿Sangre?...
La bala me había dado.
- Dios, esto duele - Mascullé a Jack, que corrió hacía mí preocupado. Escuchaba las gotas de sangre caer de mi hombro, deslizándose desde mi brazo, hasta el suelo. Los oídos me pitaban. La sangre se había hecho paso en la herida como un charco en la lluvia. Dios, de verdad que dolía.
- Coge el walkie talkie y avisa al resto, así no puedo conducir para llevarnos de vuelta - Dije débil.
Rápidamente, Jack se puso a correr a el coche para coger el walkie talkie, pero no le vi volver. Pensé que estaría recogiendo las cosas esperándoles ahí. De golpe le vi llegar rápidamente con el coche.
- ¡Estas loco, suelta eso, no vayas a estropearlo todo, tío!
Paró a varios metros de mí y me subió el mismo al coche, estaba asustado.
- ¿Que pasa? - Le dije preocupado.
- Les he visto aquí cerca, tenemos que irnos, he avisado al refugio que me esperen en la base, tú pisa el pedal y maneja las marchas con tu brazo bien mientras yo el volante - Dijo mientras me ponía una venda en el brazo con la herida.
- Esto es incómodo - Dije despreocupado mientras le hacía caso. Tenía 16 años recién cumplidos, pero ya pensaba como una persona madura.
Vi en el retrovisor cómo un coche todo-terreno comenzaba a aparecer de lejos. Metí prisa a Jack para que acabara el vendaje y cogiese el volante. Una vez hecho, nos pusimos en marcha.
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Quicksand
Science FictionHace dos años nos invadieron unos seres que no conocíamos, jamas he visto yo uno, pero se llevaron a mi familia. Solo estamos yo y mi hermano, sobreviviendo en un refugio en el cual nos han acogido.