-Ya ve lo guapa que era antes de los
acontecimientos. Deberían ustedes casarse [...]
-Quizá me hubiera casado con ella
hace cincuenta años, de haberla conocido, Mo-
hamed.
-En cincuenta años hubieran quedado
hartos el uno del otro. Ahora, en cambio, ni si-
quiera pueden verse bien y para hartarse ya no
les queda tiempo.
Romain Gary, La vida ante sí