Capítulo 6. Marcos.

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Habían cancelado las clases durante 3 semanas, no habían corrido noticias de más muertes después de los asesinatos de Valeria y Arturo, a excepción de el papá de mi novio, Chester. Lo llamé un día después de ese accidente para ver como estaba, le noté en su voz un dolor forzado, mencionó que le afectó mucho y que a su madre también. Pero por algún motivo no encontré veracidad en sus palabras. Lo noté muy diferente.

Los primeros días fueron muy depresivos para mí. No sólo por la muerte de mi mejor amiga y mi mejor amigo, me afectaban mucho, obviamente, pero también habían más muertes, mi suegro, mis compañeras de clase, el hecho de que hubiera asesinatos tan apresurados en la pequeña ciudad fue algo muy fuerte para mí y para mucha gente también, sin mencionar la desaparición de Karla y Eliza. Yo no tenía mucha comunicación con Karla, sólo la saludaba cuando la veía en la calle con un gesto de mano. Eliza era otro punto y a parte. Era de mis mejores amigas. Era la mejor amiga de la mía. Supuse de que ella debería estar muy afectada al igual que Karla, pero era bastante extraño que hallan desaparecido el mismo día. Si mal no recuerdo fue el mismo día de la muerte de Rafa, cuando vinieron a verme a casa.

Al pasar una semana más después del regreso al colegio volví a asistir a clases. Al parecer todo había estado en calma. Eso era un golpe de alivio. Un aliento contenido que se convertía en suspiro contenido.

Ahora sin mis amigos presentes ya no tenía con quien juntarme en las clases, Chester era dos semestres menor que yo, así que no asistía a mis clases, pero me alegraba ver que se juntaba con Rebeca y con Diego. Me ponía celoso, no por verlo con ellos, si no porque yo no estaba en su mismo nivel de ciclo escolar o él en el mío.

No tenía a nadie con quien unirme. Visualicé a Elena que estaba sola también en la clase de inglés. Ella sintió mi mirada sobre sí y se sacudió el cabello, volteó a verme y sonrió, triste. Ella también había perdido a sus amigas. En gimnasia la vi con Javier y Alex, pero era la única clase que estuvo con ellos. Había un asiento tras ella vacío. Solía ser el lugar de Issy. Me paré en silencio rodeando las filas de asientos y me coloqué en el viejo lugar de Issy con sigilo. Me incliné sobre la mesa y le susurré en el oído.


-Tu también estás sola, ¿eh?


Ella se sobresaltó, me miró de reojo y torció los labios.


-No es divertido, y se que me entiendes, perdiste a tus amigos y una de ellas esta desaparecida.

-Si, pero... Estás sola, no tiene porqué ser así. Puedo quedarme contigo, ¿con quien estuviste la primer semana de regreso a clases? Yo no asistí.

-Lo sé, todos sabían que estabas deprimido, pero a veces debes aprender a ocultar eso, yo estoy deprimida y aún así asisto, ¿que acaso no te importan tus calificaciones? Y respondiendo tu pregunta: con Iván y en momentos con Paulina.

-Eh, sí, me importan mis calificaciones, y lo sé, voy a mejorar en ese asunto de la depresión. Vaya, te has estado juntando con mi ex y con una porrista.

-Si, Iván me contó como estuvo la relación entre ustedes, no me imagino como pudieron haber terminado, también me dijo que no quiere tener una charla muy extensa contigo, siente que sólo logrará confundirte, aunque tengas novio. Y respecto a Paulina, sí, es muy kawaii, sabe cantar y bailar, me enseñó a hacer un split y yo le di un libro a cambio, está muy interesada en leer.

-Bien,... Quiero mucho a Iván, pero ya lo superé. Debes hacer a Paulina una lectora, ¡sería asombroso!

-Eso intentaré, ahora que perdí a mis amigas tendré más tiempo de hacer algunas amistades nuevas.

-¿Y yo puedo considerarme tu amigo?


Me miró con una sonrisa.


-Siempre lo fuimos, Chester es intolerable, aún no comprendo como puedes estar con él, pero si lo quieres a él entonces como buena persona aceptaré ese hecho, si eres feliz con él entonces me alegro bastante por tí y por él.

-Vaya... Gracias, Elena. Lamento haberme distanciado.

-Nos compartimos la culpa.


Terminando la clase de inglés fui al receso con Chester, duré mucho sin tener un tiempo con él.


-Sabes que te extrañé mucho, ¿verdad, Mark?

-Sí... Y yo a tí, y siento mucho lo de tu padre...

-No, no lo sientas. No es tu culpa. Mejor cuentame, ¿con quien estás juntándote en clases ahora que no están Rafa, Eliza ni Effy?

-Con Elena, no tengo con quien más, quiere presentarme a Javier, Paulina y a Alex para que tenga más amigos.


Chester se puso rígido.


-Hmmm, bien, sólo no te juntes con Iván.

-No, cariño.

-Está bien... Oye, debo ir con Diego y Rebeca, nos uniremos a un club de porras.

-¿Con Paulina?

-Si, ella es la sustituta de la capitana, Karen.

-Bien, ¿entonces te veré hoy en la tarde?

-Mañana, ¿sí? Hoy tengo bastante tarea de Cívica y Ética.

-Bien, te quiero, bebé.

-Y yo a tí. Adiós, nene.


Nos dimos un beso y se fue corriendo hacia el interior del edificio de gimnasia.

Me quedé sonriendo como tonto un minuto, a lo lejos vi una melena café cobrizo dando la vuelta rápidamente, me había estado observando... De lejos parecía muy familiar. Recogí mis cosas y me fui al aula de computación.

Al entrar me encontré con Javier e Iván, este último me miró y se fue a sentarse junto una chica que no recuerdo su nombre, pero le apodaban "Barbie".

Javier me hizo un gesto indicándome que me sentara junto a él. Me saqué de onda ya que nunca había hablado con él, pero aproveché para tener un amigo más.


-Hola, Marcos -sonrió.

-Llámame Mark.

-Bien, Mark, me contó Elena que no has tenido suerte teniendo amigos, dijo que quizá luego te presentará a Paulina y a Alex, pero mientras tanto aquí me tienes.

-Gracias a Dios, no quiero estar sólo en esta clase, hoy dura tres horas y es muy estresante.

-¿Verdad que sí? Sólo quiero arrojar la computadora por la ventana, o darle comida en mal estado a la maestra Lulú para que se enferme y no venga por lo menos por 4 días.

-¡Oye, yo he considerado la misma opción!


Y así transcurrió la clase durante dos horas, hasta que el prefecto de mi semestre llegó dando un anunció:


-Pueden irse a casa. Regresen mañana al horario normal.


La maestra Lulú lo miró, confundida.


-¿Pasa algo, don Felipe?

-Acérquese maestra, -el prefecto le hizo una seña con el dedo para indicarle que se parara con él junto la puerta, ya que mi escritorio y el de Javier estaban a lado logramos escuchar gran parte del aviso-... Solo no queremos que los alumnos sepan, no podemos darnos el lujo de perder tantos días de clase. La joven Karen Vargas Elizondo fue encontrada dentro del aro de baloncesto del edificio de gimnasia con los órganos fuera.

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