Capítulo 10. Jazmín.

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La puerta se cerró de golpe tras nosotros. Entramos Elena, Alex, el entrenador, Fernanda, Barbie, Gustavo, Eliza y yo. Del otro lado se quedaron Lorena, Gilberto, Mark, Paulina, Iván, Orlando, América y Javier. La puerta estaba conectada a un motor magnético que la dejó aderida a la cerradura, lo cual hacía imposible abrirla. El entrenador, Gustavo y Alex empezaron a jalar la perilla. Y del otro lado escuchábamos como unos  empujaban. Los gritos de Paulina se hacían más presentes dando órdenes. Un grito sonó tras de mí. El cuerpo de ella cayó. No puede ser... Estaba segura de que ella era una asesina. Eliza se encontraba con un arpón de ballenas atravesado en el estómago. Su intestino grueso colgaba de la cuerda y los intestinos delgados salían con una pequeña presión de sangre disparada. La cuerda del arpón apuntaba hacia el balcón de la segunda planta de la escuela. Ahí estaba. El mismo disfraz. La persona que me había atacado hace unas semanas en el callejón. Todos empezaron a gritar. Incluso dejaron de empujar la puerta. Un brasero de barro con carbónal fuego vivo fue cayendo hacia una de las personas que se quedaron junto la puerta. El entrenador se estampó en el piso. Su cuello parecía ahora un arco. La sangre salía de su boca en forma de vomito.

Del otro lado se escuchó que América se desmayó al ver la sangre que pasaba por debajo de la puerta. Me quedé pasmada varios segundos.


-¡Jaz! Contesta...


Alex me sacó de mi trance traumático. Señaló el balcón y ya no estaba el asesino. En menos de 5 minutos cayeron dos de nosotros. No sabíamos cómo organizarnos, así que Fernanda empezó a dar instrucciones.


-Bien, quedamos de este lado 6. Elena fue a abrir las puertas de la escuelas pero están selladas, al igual que las ventanas. Nuestra única manera es subir a la segunda o tercera planta a buscar una salida.

-Ni siquiera estando estúpido subiré allá -dijo Gustavo.

-¿Quieres quedarte aquí entonces? Pues quedate, tu cuidarás los cuerpos, vigilalos.

-No lo haré.

-Bien, -volteó Fer a vernos y examinarnos a todos- tú, Elena. Quédate a vigilarlos con Gustavo.


Elena se quedó pasmada y asintió.


-Jazmín, tú y yo iremos al segundo piso. Barbie y Alex, ustedes al tercero.


Me quedé estupefacta. No me iba a ir al piso donde estaba el asesino. Pero decidí callar, me gustaba más ese plan que quedarme a ver cadáveres o irme al piso 3 donde no tendría tantas opciones para correr.

Subimos Barbie, Fer, Alex y yo, dejando atrás a Elena y Gus.


-Tengo miedo -dijo Barbie-, ¿porqué rayos vinimos? Era obvio que pasaría algo. Siempre pasa en las películas.

-Fue idea del director, el entrenador, Eliza y Paulina -dijo Alex.

-No -dije- Paulina fue la que nos atrajo a esto. Y Eliza contribuyó mucho en esto. Sospecho mucho de que los asesinos son de nuestro grupo. Hemos sido los más atacados. Personas cercanas a nosotros también. Alguien intenta torturarnos con la vida de la gente que apreciamos y con la nuestra. Además, si no fuera nuestro grupo su prioridad, entonces no hubieran venido hoy a cazarnos.

-¿Insinúas que Paulina está tras de esto? -dijo Fernanda.

-Sí.


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