El único - [XiuHan]

Parte III

Días después no me atrevía a tocar la guitarra. Solo tenía el coraje para sacarla de su estuche, mas no tocaba ni una sola cuerda. Sentía que no me pertenecía; toda la esencia de Luhan estaba en ella, y no quería que se manchara si alguien que no fuera él la tocaba.

Cada noche escuchaba la grabación, una y otra vez hasta dormirme. Me la sabía de memoria; cada palabra, cada respiración de Luhan habían quedado grabados a fuego en mi mente. No sabía por qué, no tenía ni idea. Solo esperaba no olvidarlo jamás.

Como cada día venía a buscarme para jugar. Yo iba siempre; sentía que así quisiera, no podría alejarme de él.

Cuando volví a verlo interesado en armar castillos ágilmente recordé algo.

-Luhan, ¿cuándo es tu cumpleaños?

-No lo sé. Mi mamá era la que me hacía cuenta regresiva, pero ahora que está mal no tengo ni idea.

-¿En serio? Luhan, no puedes olvidar tu cumpleaños, es una fecha muy importante.

-¿Por qué es tan importante? -Me miró con aquellos brillantes ojos.

-Porque es el día en que naciste -Ni bien lo dije, me sonrojé furiosamente. Sin embargo, él no pareció notarlo.

-Uhm... en ese caso, debería tratar de recordarlo... pero no puedo.

Cansado de que no tuviera una fecha especial, decidí tomar cartas en el asunto-. Hagamos algo. Mañana será tu cumpleaños.

-¿Mañana?

-Sí, así que mañana celebraremos tu día, ¿de acuerd-?

No pude terminar ya que Luhan se tiró a mis brazos y me abrazó fuertemente. Los colores se me subieron al rostro de nuevo, pero logré devolverle el gesto.

-Gracias, hyung. ¡Eres el mejor hyung de todo el mundo! No... ¡De toda la galaxia!

Sonreí sin poder evitarlo.

El mismo sentimiento que tuve cuando lo oí cantar se instaló muy dentro de mí, haciéndome sentir cálido y feliz. Creciendo a cada segundo que pasaba junto a Luhan.

~~~

Aquella tarde luego de jugar, le pedí a mamá y papá si podían comprar algunos regalos y globos. Cuando preguntaron para qué solo respondí que alguien cumplía años y los necesitaba. Mamá lo sospechaba, de modo que aceptó sin decir nada y además me dio un poco de dinero para que yo le comprara algo. Salí corriendo antes de que cerraran las tiendas y me paseé, buscando algo que pudiera gustarle y servirle a Luhan.

Entré a una tienda de juguetes de madera cuando un pequeño objeto de colores llamó mi atención. Lo tomé entre mis manos mirando cada color, sin saber qué era.

-¿Te gusta el cubo de Rubik? -Una señorita me miraba sonriendo.

-Eh, sí, pero... ¿Para qué sirve?

-Es un juguete de ingenio. Se ha vuelto muy popular. Lo único que tienes que hacer es desarmarlo y luego ponerlo de nuevo en su lugar. Parece fácil, pero es un desafío para tu cerebro y tus manos. Debes hacerlo en tiempo récord.

-¿Manos? -¿Sería que el destino me había traído hasta aquí? Luhan tenía una agilidad inusual con sus manos. Lo había comprobado al verlo armar esos castillos y cuando tocó la guitarra en mi casa.

Él era el único que podría armar eso.

Regresé a casa con el cubo envuelto en papel de regalo. Mamá no preguntó nada; tan solo me indicó dónde estaban los otros regalos y los globos. Dicho eso, se fue a dormir mientras yo no perdía tiempo y arreglaba una caja que tenía desde hace tiempo para colocar los regalos e inflar los globos.