Parte VI

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Jadeé. ¿Murió? Pero... cómo, por qué... Sacudí mi cabeza; todo me daba vueltas. Levanté la vista y me encontré con la peor imagen que podría recibir. Luhan lloraba con fuerza a la vez que mordía su brazo -el cual cubría su cara-, para no gritar. Las lágrimas caían incesantes por sus sonrosadas mejillas para luego ir a parar al piso. Su cuerpo se convulsionaba con cada respiro que daba.

-Lu, yo... lo siento, no lo sabía-

-No importa, Minseok, ya no importa si lo sabías o no. Es que no estuviste ahí cuando más te necesité. -Apenas podía hablar entre los constantes llantos.

-Pero sabes que podrías habérmelo dicho; ¡solo tenías que tocar mi puerta y yo hubiera ido en tu ayuda!

-Eso es mentira. Me habrías dicho "estoy ocupado" o algo así. No seas cínico. -Se frotó los ojos con rabia y luego me miró-. De todas formas ya pasó. Viniendo aquí no arreglas nada. Vete. Ahora.

-Pero Lu... yo no... no podría dejarte. No puedo, ¡no quiero! -Amenazaba con llorar de nuevo. Y es que por fin había comprendido lo que significaba Luhan para mí.

No era nada justo que hubiera tenido que esperar a que ocurriera lo peor para darme cuenta de algo tan importante como eso. Pero claro, la vida nunca era justa. Y yo acababa de descubrir que si no estaba con Luhan, nada tenía sentido. Sí, le había dado un giro de 180° a mi mundo y todo lo que conocía, pero fue necesario para que comprendiera cosas que jamás habría imaginado aun si tuviese 40 años.

Luhan era todo para mí.

-Oh, ¡claro que puedes! Ya lo hiciste una vez; podrás hacerlo de nuevo. Al fin y al cabo no te supone ningún esfuerzo.

-Luhan, por favor... -Nunca había rogado. Por nada y a nadie. Pero no quería separarme de él. Todo se estaba destruyendo ya de por sí; no quería acelerar el proceso. Mi corazón me gritaba que me quedara ahí aun si ocurría un terremoto; aun si el fin del mundo llegara; debía quedarme ahí.

-No lo hagas más difícil de lo que ya es, Minseok. ¡Vete! -A pesar de haberse secado las lágrimas infinitas veces, estas seguían cayendo por sus mejillas. Y no era el único; yo trataba de no ahogarme en aquella conocida tristeza que sientes cuando te separan de algo que quieres. Aquel sentimiento de ruptura que todos experimentábamos al menos una vez en nuestras vidas.

Y esta estaba siendo mi primera vez.

Me quedé de piedra frente a él. Veía borroso, no sabía si por las lágrimas o por el dolor que sufría en esos momentos. No quería irme, realmente no quería. No concebía un mundo sin él.

Pero ya lo hiciste antes. Luhan tiene razón. Viviste 3 años sin pensar en él, sin recordar que tenías un mejor amigo. ¿No es lo mismo?

No, no lo es. No lo recordaba, pero sentía que me faltaba algo. No lo había olvidado por completo. ¡Jamás podría!

Lo hiciste, Minseok.

No, yo no...

-Lu... Luhan, yo... no pensaba, no... -No podía articular bien, ni yo me entendía, pero no me importaba; solo quería que él me entendiera. Quizá fue eso lo que lo molestó.

-¡QUE TE LARGUES! -Me empujó con una fuerza indescriptible y caí al suelo. Al poner mi mano me la torcí y grité de dolor, pero no era mayor al que sentía en esos momentos. El dolor de la pérdida.

Luhan iba a cerrar la puerta, pero logré interponer mi pie en el marco antes de que lo hiciera. Gruñó enojado e intentó cerrarla a la fuerza, golpeándome en el proceso.

-¡Quítate! Solo vete y has como si nada hubiera pasado; te será fácil, no necesitas pensarlo mucho, podrás hacerlo...

Sus palabras era como dagas que iban directo a mi corazón, desgarrando, rompiendo y eliminando todo rastro de que aquello era un corazón. El dolor era insoportable; ya no solo era el corazón, sentía mi cabeza a punto de estallar, todo mi cuerpo pesaba y sentía que caería de un momento a otro. Ya no pensaba con claridad, solo sentía que debía impedir que me apartara; era lo único que importaba. Lo único.

-¡NO PIENSO ALEJARME DE TI PORQUE TE AMO, LUHAN!

El tiempo pareció detenerse.

Misteriosamente, el dolor desapareció y fue sustituido por un sentimiento liberador de haberme quitado un peso de encima.

Y es que eso era lo que siempre había querido decirle. Aun cuando no lo supiera yo, mi subconsciente estaba un paso adelante.

Por fin lo había dicho.

Sin embargo, Luhan no parecía encantado de oír eso.

Boquiabierto en la puerta de su casa, con las lágrimas aún corriendo por sus mejillas, y sus ojos abiertos desmesuradamente, no decía nada.

Los minutos tardaban eternidades, el tiempo iba más lento que nunca. Y ahí estaba yo, sufriendo porque acababa de confesarme a mi mejor amigo, Luhan.

-No digas tonterías, Minseok. -Levanté la cabeza al oír su voz. Su mirada estaba perdida en algún punto inexistente del suelo-. No vuelvas a decir eso nunca más, ¿me oíste? Son mentiras, no las digas de nuevo.

-Luhan, yo... no son mentiras...

-¡LO SON! -Gritó y se calmó al instante-. Lo son y nada lo cambiará. Vete.

El tiempo volvió a correr.

Más lágrimas (o quizá eran las mismas), cayeron por mi rostro, haciendo que no viera nada de mi alrededor. No veía el suelo, mis manos, a Luhan.

Quise levantarme, quise decirle que no era mentira, quise tanto en ese momento poder sostenerlo entre mis brazos como siempre, poder consolarlo, quise poder ser su amigo de nuevo...

Pero ya no podía.

Aprovechó un descuido mío y cerró la puerta con un golpe que resonó en todo el edificio, además de hacerlo en mi cabeza, y en mi corazón.

Ya estaba. Todo estaba acabado. No volvería a ver a Luhan.

Jamás.

El dolor se apoderó nuevamente de mí, dejándome sin fuerzas en el suelo. No podía respirar, no podía hablar, no podía hacer otra cosa que no fuera sentir dolor y llorar.

*****

Me aparecía como que no había actualizado la anterior parte, ¡Lo siento!

He tardado mucho, joooo. ¿Saben por qué?
Ando internada en la clínica. #Bravo.
Ya me estoy recuperando, so.... A ACTUALIZAR.

Lamento lo triste. #SorryNotSorry

Ya solo falta una parte </3
Gracias por el amor, srsly <3333

Nos leemos pronto. :*

El único - [XiuHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora