Parte 2

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- ¿Se ha muerto alguien o qué? Vaya caretos que tenéis – dijo Gianluca mientras se metía un trozo de salchicha en la boca – Eso os pasa porque no coméis comida de verdad. Tanta lechuga os está agriando el carácter – Se rió de su propio chiste. Fue el único.

- Pues creo que tienes razón – respondió Ignazio - ¿Te las vas a acabar? Dame una salchicha. Creo que hoy me la he ganado. Estoy harto de la dieta. Soy gordo y ya está, joder, no pasa nada, hay millones de gordos en el mundo. ¿Estaré toda la vida fingiendo ser algo que no soy? ¿Dejando de hacer algo que me gusta solo por el qué dirán? No soy peor persona porque me guste comer salchichas, ¿no?

- Sí que te está afectando la lechuga, sí – Gianluca acompañó la frase de una risita nerviosa.

- Piero, no tienes buena cara. ¿Quieres que vaya a por el botiquín? ¿No es asma ni ninguna reacción alérgica, verdad?

- No, Barbara, gracias, solo estoy cansado. – respondió Piero sin ser capaz de levantar la cabeza del plato a medio acabar.

- ¡Pero si has dormido casi seis horas en el avión! – protestó Gianluca. Intentaba por todos los medios animar la velada sin conseguirlo – Es increíble que seas capaz de dormir tanto.

- He estado revisando las armonías de las nuevas canciones. Mañana las repasamos después de las entrevistas, ¿vale? Ahora me voy a dormir.

Piero se levantó. Al pasar junto a Ignazio habría querido abrazarlo, pero se limitó a ponerle la mano en el hombro. Ignazio ni se inmutó.

- Buenas noches.

Salió corriendo del restaurante. Esta vez no había podido contener las lágrimas.

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