Nada más oír su voz sentí un escalofrío tan fuerte por todo mi cuerpo que parecía que iba a perder el equilibrio. Era increíble como su sola presencia podía infundir tanto terror en mi, si es que casi me cago encima al verle. Nunca alguien me había dado tanto miedo como ese tipo.
Seguía mirándome con una gran sonrisa en la cara hasta que se le ocurrió la genial idea de hablar. Su voz era algo muy extraño pues me infundía entre miedo y calma al mismo tiempo.
—Te noto un poco nervioso, espero que no sea porque sea tan guapo que te has enamorado de mi y no puedes hablar —soltó una carcajada al decirlo—. Te preguntarás que hago yo aquí en esta bella noche de invierno, aunque no estoy muy seguro si es invierno o otoño avanzado, pues te lo contestaré ahora mismo cuando te enseñe una cosa muy bonita.
Levantó su brazo izquierdo apuntándome con su mano como si fuera una pistola y susurró "Dark Carnival" luego de eso imitó un disparo hacía mi. Justo en ese momento sentí un pinchazo en el corazón pero que duró tan sólo unos cuantos segundos. Aumentó su sonrisa y volvió a hablar de nuevo.
—Bueno una vez hecho esto voy a explicarte unas cosillas; me llamo TK y me dedico al arte, en especial a la escultura, me gusta el rap, las pelis románticas, los animales, el té y dar largos paseos por las ciudades. Además, soy el líder de los Xakals y el evoker más fuerte de toda la ciudad y seguramente del país.
Intentaba articular palabra pero se me hacía imposible, sólo podía permanecer quieto y escuchando mientras intentaba no desmayarme. Le estaba rezando a todos los dioses existentes que me sacasen de esa situación lo más rápido posible.
—He venido para reclutarte a mi pandilla porque creo que harías un mejor trabajo en la mía que en la de la vieja esa con cuerpo de niña de preescolar; el tipo al cual tenías que encontrar ahora mismo está en el otro barrio dando un paseo y más te vale aceptar si no quieres acabar como él.
En ese momento no sabía que hacer porque si aceptaba seguramente me mataría Luka pero si no lo hacía me mataría él; además que no quería unirme a su banda que seguramente esté llena de gente tan retorcida como TK. Empecé a sudar muchísimo y estaba a punto de caer al suelo; hasta que empezó a reír.
—Era broma, era broma. No me haces falta en la banda, que está petada ya de gente rara, sólo he venido porque quiero tener un poco de sexo contigo ya que es una actividad que me gusta mucho.
No entendía si eso era broma o no, lo único que sabía es que ahora estaba diez mil veces más acojonado que antes. Seguía sin poder moverme por el miedo y él se iba acercando lentamente a mi. Me agarró de la cadera y sin poder evitarlo me dio un beso en los labios que casi me tira de espaldas; mi primer beso. Comenzó a darme besos y mordiscos por el cuello mientras acariciaba mi culo. Estaba en shock y no sabía como reaccionar, aunque de todas formas no podía moverme por el miedo. Me gustaba demasiado lo que estaba haciendo y no lo entendía porque a mi nunca me han gustado los hombres pero él tenía una maestría en esto que no era ni medio normal.
Paró repentinamente, bajó mis pantalones, me dio la vuelta con fuerza y me puso contra un árbol. En ese momento comenzó a penetrarme aceleradamente. Al principio dolía muchísimo pero con cada embestida se iba sintiendo mejor hasta que dejé de sentir dolor. Estuvo así media hora hasta que se cansó y me tiro contra el suelo. Comencé a llorar mientras temblaba ya que ahora sentía una sensación muy asquerosa por todo mi cuerpo. Se rió de nuevo y se marchó por donde vino.
Pasaron unas horas hasta que conseguí levantarme aún temblando y abrazándome a mi mismo. Me di la vuelta para volver lentamente hacía la autopista cuando de la nada me caí al suelo. Me intenté levantar pero no podía y al girar mi cabeza para observar mis piernas me di cuenta que no estaban. Grité tan fuerte que casi me desgarro las cuerdas vocales, pero el grito fue interrumpido al notar que algo subía rápidamente por mi garganta. De ahí salió una cucaracha gigante que con gran velocidad fue hacía la oscuridad del bosque.
Me arrastré por el suelo unos metros hasta me di cuenta que alguien se acercaba desde la autopista. Era un payaso que no tenía pelo ni ojos y que tenía los labios cosidos; era muy alto y estaba completamente desnudo cubierto de pintura blanca. Se movía de forma errática y esto aumentaba aún más lo grotesco que era.
Me di la vuelta como puede para escapar hacía el lado contrario pero al hacerlo me di cuenta que me encontraba justo a sus pies; era como si se hubiera teletransportado. Miré hacía arriba y vi esas cuencas totalmente vacías. Levantó el hacha rápidamente y lo clavó en mi cráneo. Justo cuando lo hizo dejé de estar vivo.
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Beelzebu Boys
ParanormalLas calles de Tokio se encuentran sumergidas en una espiral de horribles asesinatos, que dieron comienzo hace un año. Los reportes oficiales de la policía dicen que son debidos a peleas entre las pandillas, que cada vez se han hecho más numerosas y...