¿Como termina lo que nunca empezó? #FesBooksAwards.

Capitulo 9: Problemas.

Pov Yuu:

-¡Levantate de una buena vez maldito mocoso!- grito Guren en la puerta irrumpiendo en mi pacifico sueño.
-¡No quiero!- grite en respuesta por lo cual se escucho un chasquido seguido de un Guren bastante molesto entrando a la habitacion.

-Yuu- hablo mas calmado- se que te aburre la escuela pero no puedes faltar, tendrías problemas.

Eso era cierto, todo lo que nos estaban enseñando ya me lo había enseñado Guren el año anterior. La otra razón por la que no quería ir era porque había tenido otra noche de insomnio, los recuerdos de los días que estuve con Mika atormentaban mi mente cada noche y ayer no fue la excepción.

Los recuerdos eran lo único que me quedaban en estos momentos, hace casi dos meses que no he vuelto a ver a Mika, no respondía a los mensajes ni llamadas y tampoco sabia donde estaba ahora, en casa ya nadie habla de el, es como si nunca hubiera existido pero sin embargo el dolor y la opresión en el pecho me recuerdan lo contrario a diario, no he dejado de esperarlo, cada día espero desde mi ventana hasta altas horas de la noche con la esperanza de que por algún milagro el aparezca, tal vez debe ser por el adiós inexistente que quedo entre nosotros la ultima vez que nos vimos o por que no pierdo las esperanzas de que le sea fiel a su promesa de estar siempre conmigo, después de todo las despedidas que no tienen explicación son las mas difíciles de asimilar.

El que ya no me muestre tan mal no es por el hecho de que ya no me afecte, el dolor no desaparece y las heridas no se cierran, solo te acostumbras a ellas.

-¿Estas bien?- pregunto Guren al notar mis ojos levemente rojos, otra vez había llorado hasta dormirme.

-Si...- respondí débilmente.

Sin decir mas salio de la habitacion.

-No tardes, Mahiru ya tiene el desayuno listo- dijo antes de cerrar la puerta.

No podía permitirme estar mal en estos momentos, debía mostrarme fuerte frente a mis padres, no iba a permitir que nadie vea mi debilidad. Mire el reloj para ver cuanto tiempo tenia, maldije mentalmente a Guren, todavía faltaba una hora.

Me levante levemente mareado, por unos momentos vi todo completamente negro para luego recobrar la visión de todo a mi alrededor. Con cuidado me dirigí al baño para darme una ducha y relajarme, el agua caía sobre mi logrando calmar mis pensamientos un poco.

Al salir del baño me cambie con el uniforme de la escuela, un pantalón negro y una remera negra con detalles verdes. 

Al terminar de alistarme salí a donde me esperaban Guren y Mahiru, ella me sonrió pero mi padre mantenía una mirada dudosa sobre mi, como si tratara de adivinar que me sucedía.

Al terminar de desayunar Guren y Mahiru tomaron sus cosas para ir a trabajar y yo tome mi mochila antes de salir directamente a la escuela. Ellos se despidieron de mi deseándome suerte en mi jornada mientras yo les deseaba lo mismo a ellos.

Llegue temprano a la escuela, a decir verdad era demasiado aburrido estar aquí, no tenia amigos para pasar el tiempo y ni quería hacerlos, sabia de sobra que ellos no eran amigos de verdad puesto a que una vez que estas con ellos tienes que ser igual que todos para ser aceptado, eso implicaba el hecho de salir a fiestas, emborracharse y acostarse con cualquiera, no era para nada mi estilo, yo prefería siempre salir a pasear o por un helado junto a Mika y Lacus, llámenme aburrido pero no pienso dejarme llevar por otros.

El timbre que anunciaba la hora de entrada me desvió de mis pensamientos y pesadamente fui a tomar asiento en el aula.

Nuevamente el profesor se había retrasado, estaba demasiado aburrido y quería evitar que mis pensamientos se dirijan a la razón de mis lagrimas así que comencé a dibujar en la parte posterior de mi cuaderno, al darme cuenta de lo que estaba dibujando ya era demasiado tarde, el Mika en papel me miraba fijamente con una sonrisa. Me quede unos cuantos segundos admirando mi obra, no podía dejarlo así, sin poder evitarlo tome un lápiz azul y comencé a pintar delicadamente los orbes zafiros de Mika, luego tome un lápiz amarillo y le di colores a su cabello, ahora si parecía mas el, sin poder evitarlo me quede admirando mi dibujo unos momentos antes de que vea como la hoja se me era arrebatada en un abrir y cerrar de ojos.