Capitulo 8: Promesas rotas

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Pov Yuu:

¿En que momento sucedió todo esto? ¿En que momento te alejaste de mi vida?

Eso es lo que me preguntaba estando frente a tu ahora deshabitada casa.

-Ya, vamos Yuu- dijo Kimizuki a mi lado- el rubio no esta.

Con Kimizuki habíamos salido a pasear por el ultimo día de vacaciones y le propuse venir a buscar a Mika ya que desde mi cumpleaños no lo he vuelto a ver y no me contesta los mensajes ni las llamadas, esto ya me estaba preocupando así que quería hablar con el para saber que le pasa.

-Lo llamare, no pudo haberse mudado- dije mientras marcaba su numero.

Un tono, dos tonos, tres tonos y nadie respondía.

-¡Maldita sea Mika!- grite frustrado dejándome caer en el suelo.

Desde hace varias semanas que es así, es como si Mika hubiese desaparecido de un día para otro.

-Vamos Yuu, no te desanimes hoy- dijo Kimizuki sentándose a mi lado- después de todo vinimos a disfrutar del ultimo día de vacaciones que nos queda.

-Tienes razón- me levante a pesar de que me sentía un poco decepcionado de no poder encontrar  a Mika. 

Mika... ¿Donde estas?

La presión en el pecho se me hacia dolorosa y difícil de soportar cuando deje de tener noticias sobre ti, necesito verte, daría lo que fuera por poder ver esos hermosos ojos zafiros otra vez.

-Yuu, ¿Estas bien?- pregunto Kimizuki a mi lado.

-¿Eh? Ah, si, no es nada- respondí restando le importancia.

Kimizuki me miro unos minutos antes de acercarse a mi y tomarme de los hombros.

-Estas mintiendo- susurro mirándome intensamente, luego de unos segundos su mirada cambio a una preocupada- Y también estas llorando.

Me aparte de el tocando mis mejillas y efectivamente, estaban húmedas por las lagrimas, el nudo que tenia en la garganta era demasiado doloroso y la impotencia de no saber absolutamente nada de Mika estaba comenzando a consumirme.

-N-No estoy llorando- susurre mientras inútilmente intentaba controlarme.

-Si claro, ahora sudas por los ojos- dijo sarcásticamente Kimizuki lo cual logro sacarme una sonrisa en medio de mis lagrimas.

Ya no podía seguir soportándolo, me deje caer con la espalda contra una pared y lleve mis rodillas a mi pecho, mi rostro reposo en medio de ellas oculto por mis brazos mientras mis lagrimas salían sin retenciones. De repente sentí unos cálidos brazos rodearme.

-No se que es lo que esta pasando pero quiero que sepas que puedes confiar en mi, no importa si no me dices lo que sucede, estaré aquí para apoyarte- murmuro Kimizuki mientras me abrazaba con fuerza y acariciaba mi cabello.

Esas palabras... me recuerda demasiado a Mika...

Sin poder evitarlo lo tome del cuello de la camisa y seguí llorando indefinidamente con el.

-Ya, es mejor que vayamos a mi casa, las personas nos están mirando- dijo mientras me levantaba como un costal, típico de el.

-Esta bien- susurre mientras escondía mi rostro en su espalda.

Sabia que llegamos a la casa de Kimizuki ya que me dejo con suavidad en un sillón mientras iba a cerrar la puerta, a los pocos minutos volvió bastante preocupado.

-¿Estas bien?- pregunto mientras se sentaba a mi lado y colocaba mi cabeza sobre su regazo.

-S-Si- susurre mientras desviaba mi mirada.

¿Como termina lo que nunca empezó? #FesBooksAwards.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora