Parte 1

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Una graciosa tarde de Enero, dos amigos paseaban por la calle.

- Eh, Frank.

- ¿Qué, George?

- ¿Tienes cigarros?

- No llevo ni calcetines, ¿tú qué crees?

- ... ¿Tienes cigarros?

- No, George, no tengo.

- Pues sin cigarros no se puede.

- Tienes razón... Habrá que buscar la manera de conseguir dinero.

- ¿Un trabajo honrado?

- ... Nah.

- ¿Vender periódicos?

- No...

- ¿Comprar un local e invertir nuestros sueños?

- ¿A tí quién te enseña esas cosas? Claro que no. Necesitamos algo más fácil y más rápido...

- ¿Cómo qué, Frank?

- No lo sé, George... Pero ya se nos ocurrirá algo.

Llegaron hasta el Soho, una barriada de Londres. La gente andaba de un lado a otro y Frank y George intentaban pensar qué hacer sentados en un banco.

- Yo creo que lo del local y nuestros sueños era buena idea...

- Calla, intento pensar...

- ¿No puedes pensar si alguien habla?

- No me concentro, idiota.

...Mientras, una calle más lejos...

- Pues opino que deberíamos cortarte el pelo, Brian. Te quedaría divino - Freddie se colocó el abrigo.

- Sí, es cuestión de coger una maquinilla y, ¡rás! - Roger imitó el sonido y el movimiento.

- Nadie me va a cortar el pelo ni va a hacer rás, ¿entendido?

- Pues para los peluqueros lo que tú tienes ahí es una mina de oro, sí señor.

- Y para mí es mi cabeza - Brian se agarró el pelo.

- ¿Estás seguro de eso?

- Pues sí. Nací con ella.

- Tal vez es la de Roger, y os la cambiaron al nacer - añadió John riendo.

- Yo nací rubio y perfecto, Johny.

- Rubio sí, luego lo que venga detrás... - bromeó Freddie.

- Estoy de acuerdo - dijo Brian riendo también.

- Vosotros no entendéis la delicadeza de mi preciosa melena...

Llegaron hasta donde Frank Y George se encontraban.

- Oye, George...

- ¿Qué, Frank?

- Mira a esos cuatro de ahí.

- ... ¿Qué les pasa?

- Tienen pinta de tener pasta.

- ¿Tú crees?

- ¿Si no por qué te crees que van tan desabrigados con el frío que hace?

- ¿Porque no tienen dinero para comprar abrigos de verdad?...

- No, lerdo. Porque son pijos y creen que van por encima del frío. Esa gente tienen pasta.

- Si tú lo dices...

- Que sí, que sí.

- ¿Y qué hacemos? ¿Robarles la cartera?

- Nah, eso es de mentecatos. Tiene que ser algo más imponente...

- ¿Robarles los zapatos?

Frank miró frustrado a su compañero.

- ¿No sé te ocurre nada mejor?

- ... ¿Vender periódicos?

Frank ignoró las reiterativas ganas de hacer el bien de su amigo, y se giró a mirar de nuevo a los cuatro muchachos que iban a pasar por delante de ellos.

Hacía mucho frío, y George sacó de su bolsillo un par de guantes de los cuales uno cayó al suelo.

- Aquí tiene - dijo Freddie recogiéndolo junto a su pie y dándoselo a George.

- Gracias... - George lo agarró y miró tranquilo a Freddie, mientras Frank lo escrutaba. Freddie se quedó confuso y siguió caminando y charlando con sus amigos.

Los dos se quedaron observando a los muchachos hasta que dejaron de verlos.

- Pues parecen buena gente, Frank.

- Ya sé lo que haremos, George...

- No sé, si fueran pijos me habría pisado el guante o algo así.

- Se me ha ocurrido un plan infalible...

- La gente pija no suele ser muy agradable, al menos en Londres. Mira la reina.

- Nos vamos a hacer de oro, George...

- Una vez estaba en el Hyde Park y apareció una señora muy gorda que..

- Escucha, esto es lo que vamos a hacer.

- ¿Eh...?


Kidnapping Queen ♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora