Invierno

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Tapado,
bajo un muro de mantas,
tu nombre se me enreda en el pelo
mientras el frío se cuela
en mis extremidades.

Ráfagas de viento helado
corren por mi habitación
impidiendo mi concentración,
llenando mis ojos de vapor
y lágrimas,
que caen como cascadas.

En busca de calor
recurro a mis recuerdos más cálidos,
calientes,
ardientes,
donde tus fuertes manos
me sostienen de una pieza.

Sin embargo,
me desmonto hilo a hilo
en la nada,
la ignorancia
y el desinterés.

Este dolor me está ahogando,
este frío me está quemando
y mis traumas me paralizan
convirtiéndome en un ser inerte,
sin vida.

Espero aún así,
que me salves,
que me des de tu medicina.
Busca el remedio de estas lágrimas
y háblame,
háblame,
háblame;
callo.

Escucho el silencio.

Memorias MelancólicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora