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VI

- ¿Quisieras casarte conmigo? - El alto preguntó con una gran sonrisa en su rostro, si bien sabía, no era el momento adecuado para pedirle aquello, pero no podía estar más preparado.

- ¡Por supuesto que sí! - Mencionó Baekhyun mientras se colgaba del cuello de Chanyeol y esparcía besos por todo su rostro, quien ni siquiera había tenido la oportunidad de ponerle el anillo, sin embargo por la felicidad que sentía en el momento, eso era lo de menos. Si bien era cierto, eran muy jóvenes para casarse, pero se conocían lo suficiente como para que su matrimonio sea exitoso.

[...]

Después de anunciarle a sus amigos y cercanos acerca de la sorprendente propuesta de Chanyeol, todos se encontraban realmente emocionados, encaminándose a una fiesta, ya que finalmente salieron de aquel infierno llamado colegio, celebrando así su graduación y lo acontecido anteriormente.

- ¡Pero miren quiénes vienen ahí! El Sr. y la Sra. Park. ¿No debería estar cuidando a los niños, señora? - Decía Jongdae mientras se burlaba de los dos cursis chicos que se encontraban tomados de la mano.

- Muy gracioso Jongdae, hoy duermes en el sofá. - Intervino Minseok, quien se molestaba cuando el otro se burlaba de las cursilerias, cuando él era peor con el cachetón a solas.

La fiesta iba de maravilla, sin embargo, Chanyeol y Baekhyun decidieron irse temprano de la misma, ya que debían arreglar el asunto de la boda con los padres de los mismos.

Todos se encontraban en la sala, sentados en los muebles, con una sonrisa en sus rostros, sin embargo algo preocupados por la edad de ambos.

- ¿Están seguros de esto? Es decir. ¿No quisieran esperar un poco para que puedan vivir juntos con más facilidad y comodidad? - Interpuso el padre de Chanyeol.

- Papá, jamás he estado más seguro de algo en mi vida. Yo estoy más que listo para esto, al igual que Baekhyun. - Afirmó Chanyeol, quien tomó la mano de Baekhyun, el cual estaba sentado a su lado.

De hecho, todos querían el bien y la felicidad de ambos, y si de esa manera lo eran, nadie se tendría que oponer.

Después de tanto planear, finalmente era el día de la boda, y Baekhyun se encontraba más nervioso que nunca, su corazón latía a mil por minuto, sus manos sudaban y no paraba de preguntarle a su madre cosas como "¿Qué tal me veo?" O "¿Y si Chanyeol ya no se quiere casar conmigo?" Sin embargo, su madre se encontraba ahí, animándolo y a la vez consolándolo, aunque de vez en cuando lo reprendía ya que si el pequeño lloraría este iba a aurrinar el "maquillaje" que con esfuerzo su madre le había hecho, aunque eso constaba en un delineado y un poco de sombra en sus ojos.

Cada minuto pasaba y así la hora apareció, Baekhyun llegó al altar de la mano de su padre, entregándosela a Chanyeol, quien tenía una sonrisa de oreja a oreja, la boda empezó, y el cura recitaba lo necesario para la misma y un "si acepto" por parte de ambos y la parte de los anillos hizo derramar alguna que otra lágrima de felicidad a las madres de los jóvenes.

- Puede besar a la.... Al novio. - Mencionó el cura, mientras reía un poco.

- Te amo, Byun Baekhyun. - Dijo el alto para luego plantar un cálido y casto beso en los labios del pequeño.

Y sin más ya se encontraban en la fiesta organizada para después de la boda, y era hora del baile entre la pareja, así que durante el mismo, Chanyeol se dirigió al pequeño.

- Aún recuerdo como si fuera ayer cuando mencionaste que te gustaba.

- Pues déjame decirte que no me arrepiento de haberlo dicho. - Y nuevamente se dieron un beso, sin embargo, este fue con más sentimientos, mostrándose así cuánto se amaban.

Después del brindis y un poco de tragos más, todos se encontraban despidiéndose de aquella pareja, la cual se dirigía a su luna de miel, y bueno, ya saben que es lo que pasa allí...

Aquella noche ambos sintieron una explosión de emociones, después de cada minuto más se amaban, si es que aquello era posible.

- No puedo creer que fueses tan estrecho, Baek. - Musitó Chanyeol algo cansado entre las sábanas.

- Deberías estar agradecido de que eres mi primera vez, Channie. - Y sin más, ambos se quedaron dormidos, mientras el pequeño se apegaba y acurrucaba al más alto.