Evan se acerco a Helena con una sonrisa aunque ella no podía verla. Estaba sentada con la cabeza entre sus rodillas, él algo dudoso toco su hombro para llamar su atención, Helena pego un respingo y al verlo le dedico una sonrisa que no le llego a los ojos
—¿Que tal todo?— pregunto mientras se sentaba a su lado, no había calculado las distancias y ahora estaba lo suficientemente cerca de ella como para ponerlo nervioso.
Helena lo miro a los ojos tratando de deducir si estaba jugando con ella o lo preguntaba de verdad.
— Estoy súper bien, ya ni me hablo con mi mejor amiga por defenderte a ti— pensó.
— Bien — dijo suspirando— ¿y tú?
Apoyo su cabeza en el hombro de él dejándose llevar por su perfume, sabiendo que si lo miraba terminaría contándole todo.
— Preocupado por ti...— dijo él y el corazón de Helena parecia haber saltado, girado y corrido desde su cabeza hasta sus pies. Cosa que a ella no le gusto, estaba segura de que él podía escuchar sus latidos— ¿Tú y Meri se pelearon?
— Tú y mi hermano están peleados ¿Por qué?— contra ataco ella tratando de mantener sus cinco sentidos despiertos.
— Por ti— dijo él susurrando.
Ella trato de mirarlo a los ojos pero Evan la esquivaba, él quería poder retirar esas palabras.
— Ahora te toca ¿Te peleaste con Meri?
— Si — contestó ella y entonces él la miro haciendo que sus miradas chocaran y ninguno la aparto—, por defenderte a ti.
Una sonrisa se formo en los labios de Evan y ella sonrió como acto reflejo.
— No quería lastimarla — dijo Evan— ella jamás me pregunto si queria ser su novio, no sé porqué asumió que era así.
— Sé que no querías lastimarla por eso te defendí, a veces ella suele ser muy...— miro el cielo buscando palabras adecuadas— melodramatica y tener sus ataques de locura, pero es dulce y buena.
— Si, buena — dijo con sarcasmo sin que ella escuchara— Además... a mi me gusta otra persona.
Las últimas cuatro palabras le rompieron el corazón a Helena.
—¿Ah si? ¿Y quien es la afortunada?— pregunto algo apagada.
— Es un secreto — le dijo y dejo un beso en la punta de su nariz al levantarse.
Si la habia apagado con lo anterior ese beso le había encendido una pequeña esperanza de que tal vez, y solo tal vez, esa persona era ella.
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Atentamente Tu Querido Acosador
Short StorySe que esto esto es bastante extraño, créeme fue una de las ideas mas bizarras e impulsivas que he tenido, es decir, ¿a quien se le ocurre que cuando des una fiesta llenarte la cabecera de la cama con las cartas que te escribí y nunca te di? Lo sé...