Hansol.
Ya había llegado la hora de ir por aquella castaña. Vanessa había sido mi última vecina, nadie de esta unidad sabía que había pasado con ella. Muchos me miraban con misterio, me miraban como si supieran lo que estaba pasando conmigo. Pero bueno, basta de explicaciones.
Salí de mi habitación, camine por el pasillo largo que tenía. Era en forma de rectángulo así que seguí caminando hasta llegar a la sala. Una vez estando en la sala; fui a la cocina, de las frutas que había dejado Hoshi tome unas uvas, las cuales se miraban muy exquisitas. Las agarre, salí de la cocina. Camine una vez más hasta la sala, abrí la puerta que daba al sótano y comencé a bajar las escaleras. Mis botas hacían un poco de ruido lo cual asusto a la chica, ya que puede sentir su miedo, era como si lo pudiera oler.
Termine de bajar las escaleras, tome la llave que estaba colgada a un lado, la introduje a través de la cerradura y la abrí con mucho cuidado.
Buenas madrugadas, señorita Vanessa. ¿Cómo va su noche? - dije esto y no pude evitar reír. Me encantaba esta parte de mi trabajo. ( si a esto se le pudiera llamar así. ) -
No te atrevas a tocarme, Vernon. - dijo muy segura de sí misma. Aunque se miraba con mucho miedo. -
No me interesan tus testimonios yo vengo a lo que vengo. Así que sin más rodeos, ¿porqué no empezar de una buena vez? - conteste muy frío pero a la vez muy serio. -Encendí la luz, los ojos de Vanessa estaba muy rojos e inchados de tanto haber llorado. Busque el cuchillo que había dejado anteriormente en la mesa. Este no se encontraba aquí, ya que seguramente la castaña lo pudo haber tomado.
Mira niñata, no te me hagas la graciosa y dame mi artefacto de tortura. - murmuré muy seguro de mí mismo. -
¿Enserio crees que te lo daré, mi cielo? - dijo esto entre comillas. -Rodé los ojos, camine hasta aquel mueble color negro que tenía en esta habitación. Del cajón que se encontraba en medio saque otro cuchillo que estrenaría con ella.
Tú lo decidiste así, bebé. - reí, camine hasta donde se encontraba Vanessa y le susurré poniendo el afilado cuchillo en su mentón. - creo que ha llegado la hora de que vayas a dormir.
En un movimiento rápido, puse mi mano en su mentón, la sostuve muy fuerte de este lugar. Bese su mejilla, la mire a los ojos. En este momento en mi rostro apareció una sonrisa de satisfacción, adoraba cuando llegaba la hora matar a las vecinas. Solté una risa malévola. Enterré el cuchillo bajo su costilla derecha. Ella solo soltó un quejido, lo saqué y mire lo hermoso que se veía con sangre. La solté bruscamente. Solo cayó en sus cobijas y se quejaba. Comenzó a soltar unos gritos horribles.
Cállate, niñata. Nadie logrará escucharte. - volví a reír, me encantaba oírlas gritar del dolor. -
Volví hasta donde estaba ella, pase el cuchillo sobre su perfecto rostro. Comencé a bajarlo, por su cuello, luego sus pechos. Su torso así hasta llegar a su pierna izquierda. Al llegar a esta, lo introduje violentamente. Sus ojos se comenzaron a cristalizar, su piel se encontraba más pálida de lo normal. Su costilla sangraba demasiado, deje el cuchillo en su pierna.
Vernon.. - tosió con mucha dificultad. -
Calla, no lograrás convencerme. - dije muy serio. -Saque el cuchillo de un movimiento brusco, para después meterlo en su estómago con mucha fuerza.
Esto es lo que te pasa por preguntar "¿qué hay en el sótano, bebé?" - reí muy fuerte, amaba hacer la risa malévola. -
Camine hasta el mueble una vez más, del cajón más alto saque una pistola. Coloque el cartucho, regrese rápidamente hasta donde estaba Vanessa. Sus ojos estaban cerrados, su pecho subía y bajaba a una velocidad muy rápida, su respiración se acortaba más y más. Ahora solo estaba agonizando, ya estaba en sus últimos momentos de vida.
No seré tan hijo de puta esa vez así que, te dejaré así hasta que mueras desangrada. - me senté en el suelo frío y la mire sin apartar mi vista de ella. -
Mire mis manos las cuales estaban cubiertas por su asquerosa sangre, mire mi reloj y eran las 2:30. Dentro de unos 10 minutos o menos debe de morir pensé. Y así fue. Finalmente Vanessa había muerto a las 2:40 a.m.
Puse mis manos en mi cabeza y comencé a llorar. Lloré mucho esta vez, no había llorado tanto desde que Chrystee murió. Al dar las 2:45 susurré:
Debí haberte protegido más. Lo siento Chrystee, te fallé. - dije con mucho dolor, mis ojos estaban más pequeños de lo normal, ya había llorado mucho esta noche. -
Metí el cuerpo en una bolsa negra, la cual era muy grande. Lo cargué como si fuera un vil costal de papas y subí las escaleras. Al estar en la sala, busque las llaves de mi auto, salí de la casa sigilosamente, tenía que tener cuidado. Ya que cualquier persona podría verme ahora mismo. Abrí la cajuela, metí la bolsa allí y volví a cerrarla. Subí al auto, metí la llave. Lo encendí y comencé a conducir. Llegue a mi lugar favorito en el cual dejaba tirados a los cuerpos. Baje del auto, abrí la cajuela. Saqué su cadáver. Lo aventé. Y allí quedó, un 12 de Marzo una víctima más había muerto. Fui al auto, saque mi caja de cigarros, encendí uno y le di una calada.
Este cigarro va en tu honor, Vanessa. - susurre mientras miraba lo que tenía enfrente. En este caso la nada.
ESTÁS LEYENDO
psycho neighbor. [ Vernon - Seventeen. ]
Fanfiction¿Qué se podría decir de Hansol? Bien, este chico es común. Como los demás, o eso pretende ser. Las personas que lo han llegado a conocer o vivir cerca de él, juran oír ruidos extraños por la noche. Además de que siempre sale a las 2:45 de la madrug...