2.- Lágrimas confusas

477 24 8
                                    

Caminé un buen rato por el vecindario, me fascinaba grabar diferentes escenarios en mi cabeza y ponerme a prueba a mi mismo para ver que tanto era capaz de recordar cuándo regresará a mi casa y tomará mi cuaderno para dibujar. Me encantaba dibujar, cada vez que hacia eso sentía que me desconectaba de la realidad. Vengo de una familia adoptiva, mis padres siempre han sido buenos conmigo, pero siempre fue tan obvio que preferían a su hijo de sangre. Es por eso que decidí no pedirles mucho. Este pensamiento siempre viene a mi cabeza y cuando veo familias felices por las calles las grabo en mi memoria para dibujarlas. ¡Semejante masoquista!

Comenzaba a obscurecer, el azul del cielo siempre me informaba la hora en que debía regresar a casa, así que caminé de regreso hasta mi departamento y antes de girar la llave, solté un gran suspiro, nunca antes había sido tan molesto regresar al lugar donde vivía. Entré y vi a Onodera en la mesa, comía un poco de pizza y se encogió de hombros cuando me vio entrar -Bienvenido- Escuche su vocecilla y reí internamente -Ordene una pizza para que comiéramos juntos

-No me gusta la pizza, me da asco ¿No has escuchado lo maligna que es para la salud?- "Mentiroso" Amo la pizza, pero ni loco aceptaré algo que venga de él. Me miro con algo de decepción y siguió comiendo en silencio, saqué un litro de leche y me preparé un cereal. Me senté frente a él sin decir nada. Ha ha ha. En sus ojos había tristeza, ¡Si genial! Esa era la mirada que buscaba obtener, él silencio era incomodo, muy incomodo. Siempre he sido sociable, me gusta platicar, conocer sobre las personas, intimar hasta hacerme amigo de todo mundo, pero eso no me sucedía con él. Bufé para demostrarle lo incomodo que me resultaba su presencia y encendí el televisor a todo volumen, pasé de canal varias veces. No había nada entretenido, pero de pronto vi que estaba un película que me gusta mucho, decidí dejarle en ese canal y seguí comiendo mi cereal -Me... Me gusta esa película- Parecía que Onodera intentaba romper la tensión, pero ¡No! No se lo permitiré -¿A sí?... Pues yo la odio. Solo le deje en ese canal para ver si comienza algo interesante

-¿Estas molesto conmigo?

-No en realidad- Me levanté de la mesa y comencé a lavar mi plato ignorándole -En realidad me da igual tu existencia

-¿Takano?-

-¡¿Qué quieres?!- Odio su voz, en serio la odio tanto

-Yo solo quiero llevarme bien contigo, mi departamento tardará algunos meses en ser reparado y lo que menos quiero es ser una molestia para ti

-No lo eres en serio, pero si piensas que seremos los mejores compañeros de apartamento y que yo te ayudaré y que tú me ayudarás y que conversaremos mientras comemos ¡Estas muy equivocado!

-Pero yo... ¿Qué fue lo que hice para que me trates así? Apenas nos conocemos

-¿Apenas nos conocemos?... ¿Eres idiota?- Pierdo el control muy fácilmente, no llevamos ni cinco horas viviendo juntos y ya lo llame idiota

-Pues...sí

-¿En serio no te acuerdas de mí?- Me dedica una mirada llena de sorpresa

-¿Acordarme de ti? ¿De dónde?- Vaya que es bueno fingiendo, si cualquier otra persona viera la mirada que tiene en este instante, en verdad creería que Onodera no me ha visto jamás

-¡Ha! Bravo- Aplaudo, para demostrarle mi sarcasmo -Eres excelente actor. Me iré a dormir. Pobre de ti que enciendas las luces cuando ya esté dormido, odio que alguien encienda las luces cuando estoy descansando, así que ve pensando en cómo le harás para no molestarme.

Era genial, lo más maravilloso que pude sentir en mi vida. Así pasaron dos semanas, era tan divertido ver las idioteces que le pasaban por no encender la luz. Yo me hacía el dormido y él tropezaba con todo a su paso al entrar a en la completa obscuridad de la habitación. No sé qué carajos haría todos los días pero se dormía bastante tarde, tampoco era como si me interesara preguntarle. Me sentía victorioso. Yo era genial en la cocina pero él era un verdadero desastre. Me pregunto, ¿Cómo ha sobrevivido todo este tiempo que ha vivido solo?... Me aseguraba de cocinar solo la suficiente comida para mí. Después del quinto día viviendo juntos, dejó de intentar hablarme. Yo me terminaba el agua caliente para que él se bañara con el agua fría, yo ensuciaba para que él limpiara. Ponía música a todo volumen cuando él estudiaba, invitaba a mis amigos para que nos embriagáramos juntos e hiciéramos todo el ruido del mundo, cuando sabía que él estaba en la habitación, retorciéndose bajo las sabanas mientras intentaba dormir. De esa manera se cumplieron dos meses, dos largos y maravillosos meses en los que yo destruía su vida 'Él chico perfección' No hacía nada por defenderse, tan solo se dejaba pisotear como el insecto que es y yo era feliz de arruinarle la existencia. Un poco de todo lo que él me hizo sentir, se le regresaba.

Una Loca Historia De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora