Tanto cuanto yo sabía sobre la depresión lo había aprendido siendo una desprevenida prácticamente de la misma. Los conocimientos que poseía acerca de la enfermedad se limitaban a su padecimiento y a la notable facilidad que tenia para contagiársela a los demás. En esto último, era una verdadera experta.
Muchas veces me he preguntado si en la antigüedad habrá existido este tipo de padecimientos, ya que palabras muy utilizadas en los diagnósticos de nuestra época, como estrés, ansiedad o depresión, curiosamente nunca fueron mencionadas por mis abuelos.
Me entusiasmo la idea de conocer la respuesta a preguntas como esta y me propuse no faltar a la conferencia. Te pido que tampoco faltes...
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Mi ángel
RandomUn encuentro fugaz y un cuaderno con anotaciones pueden cambiar una vida...