When life hits you {Camren}

CAPÍTULO 34

*LAUREN POV*

-Lo, no vayas hoy, quédate. -me dijo abrazándose lo mas cómodo que su barriga le permitía. -Trabajas demasiado.

Tenía razón, llevaba trabajando demasiado, estaba cansada y estresada. Suspiré y me dejé caer a su lado otra vez. La miré un momento, estaba con algunos cabellos en su rostro, sus ojos cerrados y sus labios en una línea recta entre abiertos. Después de tanto tiempo aún seguía sin creerme que cada mañana despertaba a su lado, que podía ver lo hermosa y adorable que era de esta manera. Besé su mejilla y le quité el cabello de la cara dando caricias en su cabeza.

Tomé mi celular y le mandé un mensaje a Lucy y Bea avisándoles que no iría, y quizás tampoco lo haría por algunos días más. Quería pasar tiempo con Camz, estar con ella solo abrazadas, dándole besos y hablando de cualquier cosa.

Apagué el teléfono y me dejé llevar por esas ganas de estar en la cama un rato más, ni siquiera recuerdo haberme dormido, pero estoy segura que fue al instante.

-

Le di una calada al cigarrillo y miré a Camila antes de soltar el humo en su dirección. Frunció el ceño y me puso la mano en la cara haciéndola a un lado.

-Eres idiota. - se quejó. Estaba sentada sobre mi estómago desnudo, pues habíamos ido a un lago y nos habíamos tirado al agua, o mejor dicho, tiré a Camz al agua. Estábamos en ropa interior en medio de la nada y me encantaba. Habíamos pasado varias horas solo acostadas al lado de la otra.

Cuando acabé el cigarrillo lo tiré por algún lugar y miré a mi alrededor. Amaba aquel lugar, solía ir cuando quería estar sola, pero me pareció que a mi novia le gustaría, entonces a llevé.

Estaba con sus cabellos húmedos cayendo por sus hombros, cubriendo un poco su rostro, tenía el celular en sus manos y aún seguía sentada a horcajadas sobre mi estómago.

Había un sol terrible, que como nunca, hacia de Boston un día lindo y cálido.

Le quité teléfono tirándolo sobre el césped y luego tiré de la parte delantera de su sujetador hacia mi, la acerqué a mis labios para besarla, podía sentir su sonrisa en el beso y me encantaba, amaba saber que estaba feliz a mi lado. Intenté quitarle el sujetador, pero me quitó la mano de un manotazo y se volvió a sentar sobre mi estómago.

-¿Por qué no? -fruncí el ceño. Puse mis brazos bajo mi cabeza haciéndolos de almohada.

-No vamos a hacerlo en medio de... de la nada. -me dijo poniéndose a mi lado, apoyándose en un codo.

-Aquí no, pero en tu casa con tu madre en el cuarto de al lado si.

-Me excita saber que nos pueden ver.

-Aquí nos pueden ver... emm... los animales, quizás una víbora o algo. -rodó los ojos y comenzó a pasar sus dedos por mis abdominales. Camz tenía cierta obsesión con ellos.

-Me gustan. -murmuró.

-La semana que viene tengo otra pelea. Creo que será la más difícil de todas las que he tenido. ¿Irás?