Feminicido. #PGP2016

Capítulo V

Las gemelas seguían creciendo cada día se ponían más y más bonitas, mamá dejo de prestarles atención culpándolas de que por culpa de ellas papá ya no la quería.

Todos los días imaginaba y soñaba poder salir de esa casa la cual se había convertido en un infierno.

Le pregunte muchas veces a mi madre por que no dejaba a mi papá y nos íbamos lejos saben cual era su respuesta.

-estas loca que dirá la gente ¿qué van a pensar de mi?.

-prefieres a lo que piensen de ti que al volver a ser libres.

-el no me deja ir, dani me tiene amenaza de hacerles daño a ti y a las niñas.

-pero que no vez mamá que el daño ya no lo está haciendo al mantenernos aquí encerradas a ti  a mi al golpearnos.

-el es su papá Daniela.

-mama nos merecemos algo mejor que esta vida.

Era muy difícil convencerla los días pasaban los golpes aumentaban los gritos, los insultos se volvían frecuentes la costumbre llego a nuestras vidas.

Si nos acostumbramos a vivir así encerradas limitadas pero que podía hacer yo era una niña aun por más que quisiera no podía se volvió una lucha pérdida por tratar de huir, si lo hacía corría el riesgo que mi padre se desquitará con las gemelas ellas eran las únicas que se mantenían al margen de todo esto.

Ya no podíamos ver televisión el teléfono hacia mucho tiempo que lo habían quitado claro era el único medio por el cual pedir ayuda no.

MI mamá seguía en su negación qué algún día papá recapacitaria, se encerró en un mundo de pastillas para dormir no la culpo si quería escapar de toda esta realidad, pero al hacer eso la qué recibía todo los maltratos era yo y en pocas palabras era lo mejor así evitaba qué el le pusiera una mano encima a las niñas.

El tiempo fue pasando, para ser exactos tres años de larga agonía ya habían pasado cada día que pasaba era una lucha constante por sobrevivir mis hermanas ya tenían tres años y era más fácil conseguir que no llorarán.

Tres años que no poníamos un pie fuera de esta casa, la cual se convirtió en nuestra cárcel una donde no existían barrotes o celdas qué nos limitarán a irnos, pero en la que existía nuestro verdugo el más temido.

Por que no nos íbamos, fácil el contaba con tanto dinero y poder qué sería u suicidio si intentábamos poner un pie fuera de esa casa, pero si nos quedábamos igual podíamos morir.

Es fácil juzgar a otra persona cuando no has pasado por ese sentimiento de angustia y desesperación por el no saber si el llegará enojado y se desquitar contigo, yo prefería ser su saco de box a que le pusiera una mano encima a mis hermanas mi mamá se había cansado de luchar mucho tiempo atrás, me tocaba ser fuerte por las cuatro.

LA violencia no se limitaba solo a golpes era tanto su poder por hacernos sentir que no vallamos nada, que nos limitaba en las cuestiones más básicas de la vida como la comida, prefería pasar días sin nada en mi estomago a que esas dos pequeñas niñas sufrieran por un plato de comida.

Había inventado un pequeño juego, bueno eso les hacía creer a ellas los días que papá llegaba más enojado les decía que era hora de jugar, el juego consistía en esconderse también en mi habitación para que papá no las encontrara si lo lograban tenían un premio lo que ellas no sabían que el mejor premio qué pudieran tener era qué el no las tocará.

Hubo un tiempo en el que decidí dejar de luchar por mi y por ellas los golpes iban en aumento era tanto el dolor físico que sentía que no podía ni mantenerme en pie pero era lógico un cuerpo de una chica de 14 años no está creado para soportar golpe tras golpe. Un día que el llego exigiendo de cenar y como todavía no estaba lista la comida decidió llevar los golpes a otro nivel.

No imagine que fuera capaz de algo así tomo una silla del comedor y la hizo añicos en mi espalda caí inmediatamente al piso gritando de dolor trate de levantarme de nuevo para uir de el pero fue más rápido me tomo del cabello y me levanto de un solo tirón, me empujó tan fuerte que fui a dar a la pared más cercana el se acercó lentamente a mi su mirada no era la misma, sus ojos se veían sin ninguna pista de remordimiento cuando susurró en mio oído lentamente las palabras que llevarían al peor infierno de nuestras vidas a un más del qué ya habíamos vivido.

-estoy harto de las cuatro, me tienen hasta la madre pero eso se va ha acabar en un instante me voy a encargar de que ustedes deseen no haber nacido van a sufrir tanto que pedirán qué acabe con sus miserables vidas.

Jalo de mi cabello asta llevarme a la cocina donde tomo un afilado cuchillo y lo encajó debajo de una de mis costillas el dolor era insoportable, las gotas de sangre no tardaron en llegar el piso empezó a teñirse de un rojo profundo mi cuerpo empezó a convulsionar de dolor poco a poco fui perdiendo las fuerzas para luchar hasta que sentí que mi cuerpo llego a tocar el suelo con la poca energía que me quedaba trate de arrastrarme fuera de su alcance.

-déjala Ricardo.

Fue lo último que escuche, abrir los ojos de nuevo me encontraba en el sótano de la casa en una pequeña cama a un costado mio se encontraba otra cama donde dormían mis dos hermanas no entendía que pasaba y como no podía levantarme para investigar era mejor permanecer ahí.

Horas más tarde entro mi mamá con una bandeja de comida, ella me pidió disculpas con la mirada era tanto su sufrimiento al igual que el mio.

-he logrado convencer a tu padre que las deje en paz a las tres, su única condición es que permanezcan aquí por un tiempo, solo saldrán cuando el no esté así el no podrá lastimarlas, lo siento tanto dani mi deber era cuidarlas pero no pude ahora are lo que esté en mis manos para que nada les pasé.

Yo no podía hablar después de tres años de aguantar golpes insultos y humillaciones en los que ella no hacía nada solo refugiarse en sus pastillas para dormir en un mundo donde todo era perfecto para ella mientras que era un infierno para mi.

Qué más podía hacer era mi única opción aguantar un poco más para poder escapar cuando tuviera oportunidad, me llevaría con migo a las gemelas y por fin seríamos libres de todo esto está era la única esperanza que quedaba ala cual aferrarse.