Ouija.

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Un grupo de amigos se encontraba en el piso, rodeando en forma de círculo una tabla. La tabla contenía números y letras.

Intercambiaron miradas y asintieron. Sara suspiró. Sabía que no era bueno jugar a esa cosa del demonio, pero sus amigos la convencieron. En total, eran cinco, dos mujeres y tres varones.

Charles fue el primero en posar su dedo índice en el triángulo, fue seguido por Sofía, Ángel, Nicolás y de última, estaba Sara.
Jugaban por diversión, sólo por eso. El primero en preguntar, fue Charles.

-Hay alguien ahí?-Dijo mirando el triángulo para luego mirar su alrededor. Esperaron unos segundos. Él suspiró de fastidio, cansado de esperar, el triángulo se movió a la palabra «Yes».
Sara abrió los ojos sorprendida y un nudo se formó en su estómago.

-Oigan, dejen de mover el maldito triángulo.-Gritó exasperado Nicolás. Los demás se miraron entre ellos compartiendo miradas confusas.-No es divertido.

-No hemos hecho nada. Se movió solo.-Dijo Charles, desviando sus ojos hacia el triángulo.

-No puede ser, claro que no.

-Qué quieres hacer?-Preguntó Sofía, curvando sus labios en una sonrisa e ignorando a los demás.

Sus dedos se movieron por sí solos hacia las letras K, i, l, l. Formando la palabra «kill».

-Esto me está asustando, chicos. No deberíamos seguir jug-Unos golpes interrumpieron a Sara. Los cinco jóvenes miraron hacia la puerta que había sido golpeada. Los golpes cesaron y el foco de la luz empezó a titilar.

-Mierda.-Dijo Ángel mirando su alrededor. Sara se levantó, dejando así a los demás más asustados de lo que estaban.- Sara, no podes dejar el juego. Ahora, vamos a morir todos.- Nicolás se levantó y los otros tres chicos también lo hicieron. Morirían todos, por haber dejado de jugar. Las manos de Sara temblaban, al igual que su mandíbula. Sofía estaba sudando, sentía mucho calor, el motivo, ni idea.

-Debemos irnos.-Titubeó Charles, abrió la puerta y salieron corriendo. Para su suerte, ninguna de las puertas estaban cerradas o trabadas.

Corriendo se dirigieron a su auto. Nicolás, Sofía y Sara se sentaron en los asientos de atrás. Mientras Ángel se sentaba en el asiento del co-piloto. Charles se subió y encendió el motor.
A toda prisa, iba manejando el, Sara estaba más asustada. Sus amigos no sabían a dónde los llevaba, pero no era para ningún buen camino. Charles estaba con la mirada perdida, manejaba a gran velocidad y sus amigos le decían que vaya un poco más despacio, él sólo se limitaba a reír y negar.

Una chica de pelos largos y negros los cuales cubrían todo su rostro, junto a un vestido blanco con manchas de sangre por varias partes, se encontraba en medio de la carretera. Charles frenó de golpe y dobló hacia el costado. Mala idea. El auto rodó por la colina haciéndose pedazos al igual que los cuerpos que rodaban adentro de el.

La chica que había aparecido en la carretera, estaba ahí, viendo el auto caer. Con una sonrisa, desapareció.

Cuentos Paranormales Y Sangrientos:3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora