Tu turno.

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Esa extraña chica caminaba por las calles transitadas de Londres, caminó hasta toparse con una cafetería, ni muy grande, ni muy chica. Era normal, como cualquier otra.

Tomó el frío pomo de la puerta, lo giró y dudosa entró.

Pasos lentos ella daba, sus tacos se escuchaban por esa cafetería. Miradas se posicionaban en ella, así, incomodándola más. Se sentó y esperó a que viniera la mesera para pedir un café.

Lo pidió, la mesera anotó todo en su bloc de notas y se marchó. Colocó un codo en su mesa y la cabeza en la mano, esperando aburrida.

De un momento a otro, todo se convirtió en un infierno, no tanto, diría yo.

Las luces titilaban, el viento soplaba contra los cristales de los ventanales, dando así, una escena un poco desagradable. Una señora se desmayó, eso dirían ustedes, pero no. Esa señora se había muerto, por causas desconocidas aún, quién sabe, nadie lo sabe.

Las manos de la chica empezaron a sudar, nerviosa y con pánico se levantó de la silla. Pero algo, o mejor dicho alguien, la empujó. Tirada en el suelo, no se podía levantar, algo impedía que ella se moviera del suelo.

Empezó a ver sombras, que se acercaban a ella, no muy amistosas, eso creo yo, o lo que el diría. Ella levantó la mirada, queriendo ver el hermoso cielo azul, pero lo único que vió, fue sangre, sangre desparramada por las mesas y por los suelos. La gente que habitaba esa cafetería había muerto, era su turno. Cerró los ojos, esperando a que muriese, pero ese momento nunca llegó. Sólo se escuchó un metal caer sobre el frío suelo. Abrió los ojos encontrándose con un cuchillo. Lo agarró con lágrimas en los ojos, entendía esa señal, tenía que hacerlo, inconcientemente se lo clavó en la yugular. Gritos se escuchaban de esa pobre jóven. ¿Quién sabe qué fuerzas la obligaron a hacerlo?

Cuentos Paranormales Y Sangrientos:3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora