Me pongo al día en el campamento

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- ¿Como una semana? - pregunté a Michael.

- Sí - el dijo seriamente - has estado dormido una semana debido al agotamiento.

- Sí - dijo Ivar - yo he estado al cargo de tu recuperación.

- A ¿sí? - dije un poco atontado como cada mañana.

- Sí - contestó Alex - todo el mundo te tiene un poco de miedo.

Eso me sorprendió un poco hasta que recordé que Izanami la diosa de la muerte y del infierno era mi madre.

- ¿Qué pasó después de desmayarme? - yo pregunté.

- Mi padre y tu madre discutieron - dijo Natalia - intentaron pelearse pero los demás dioses consiguieron separarlos sin que llegaran a hacer algo malo y también nos sustituyeron como los señores del campamento.

Cuando me levante sentí un tirón al estirarme, me palpé la parte inferior de la cara y noté en mi lado derecho una costura.

- Te lo hizo el zorro en la pelea - me dijo Michael - míralo por el lado por el lado bueno, así las chicas se fijaran más en ti.

- ¿A las chicas les gusta? - pregunte a las dos chicas que había en la habitación.

-  No - ellas me dijeron a la vez.

Cuando salimos de la enfermería algunos semidioses se apartaban de mi camino aunque estuvieran a cinco metros de distancia de mi, solo un semidiós con cara de enfado se acerco a mí.

- Izanagi quiere verte - el dijo rápidamente y se fue.

Allí me dirigí con mis amigos, cuando llegamos a la perta de de la sala de los señores escuchamos gritos en el interior.

Cuando entramos ellos nos miraron y pararon de discutir.

- Hola nuestros señores - dije poniéndome de rodillas acompañado por mis compañeros.

- Levantaos - dijo me madre.

Levanté la vista y vi a mi madre sonriéndome y a Izanagi mirándome como si estuviera viendo a un montón de basura.

- Escúchame bien niñato - dijo Izanagi - yo te mataría pero si lo hago tu madre me declarará la guerra y matará a mi hija, así que dame un solo motivo para matarte y lo haré sin dudarlo -Declaro Izanagi.

Al escuchar eso sentí un poco de rabia hacia el dios de la vida.

- Bueno - dijo mi madre - me gustaría hacer una petición a los compañeros de Aru.

- ¿Cual sería? - dijo Natalia.

- Me gustaría que enseñaseis a Aru a usar los elementos - ella dijo -  mi hijo a heredado el elemento de la oscuridad que engloba todos los elementos ya existentes, ¿lo haríais por mí? por favor.

- Me niego a que mi hija entrene a tu hijo - dijo  Izanagi - si no hubieses dado a luz a esa saco de mierda todo esto nunca hubiera pasado.

Estalle en ira, me eche encima de él agarrándolo por el cuello, Él y todos en la sala menos mi madre me miraron sorprendidos.

- No voy a permitir que hables así a mi madre - dije tranquilamente mientras todavía sosteniendo su cuello - aunque seas un dios, me da igual.

- Suéltame - dijo intentando coger algo de aire - o te mataré.

- No estas en posición de amenazar - dije seriamente mientras apretaba un poco más.

- Aru por favor para - dijo mamá - no lo hagas todavía.

Yo le solté y me levanté - lo siento - dije en voz baja.

- No hace falta que te disculpes - dijo mi madre mientras Izanagi tosía - volviendo al asunto anterior, ¿lo haríais?.

- Si claro - dijo Ivar saliendo del sock por ver estrangular al rey de los dioses - ¿qué elementos quiere que aprenda su hijo?.

- El fuego ya sabe usarlo - ella dijo pensativa - me gustaría que aprendiera el elemento del rayo, viento y agua - ella concluyó.

- Muy bien empezaremos de inmediato nos pondremos a ello - dijo Natalia.

- Mamá una pregunta - le dije a mi madre y ella sintió - ¿tú sabes por qué todo lo que como me sienta mal?.

- Sí lo sé - ella miro al suelo - es una maldición por haber nacido - ella dijo - solo puedes comer el primer alimento que has comido en tu vida, esa maldición esta diseñada para que te mueras.

- ¿Y qué comí por primera vez? - yo le pregunté.

- Comiste manzanas machacadas - ella dijo sonriendo - te las dí yo de comer, mira prueba una.

Ella hizo aparecer una manzana de color amarillo, me la dio y le di un mordisco, para mi sorpresa la manzana no tenia mal sabor, era dulce y no me dieron ganas de vomitar.

- Gracias - le dije a mi madre.

- No hay de que - ella dijo - y toma.

Dijo dándome unas katanas gemelas con el mango de color blanco y el filo de color negro y un reloj grande con una corona donde ponían los puntos cardinales.

- En ese reloj podrás guardar tu armas las espadas se guardarán en el Este y tu guadaña esta guardada en el Oeste - ella dijo sonriendo - en el Norte y el Sur podrás guardar las dos armas que están por japón, son un arco y unos guanteletes de oro, bueno me tengo que ir entrena mucho y ten cuidado ¿de acuerdo? - yo asentí y ella se fue en una nube morada.

- Yo también me voy - dijo Izanami frotándose el cuello - cuídate hija mía - ella asintió y él fue en un fogonazo de luz.

Salimos del edificio central y lo primero que entrené fue el agua, que supuesta mente era lo más sencillo de aprender, tarde tres horas en poder controlar un poco de agua del lago, seguido entrené el control de el viento con otras tres horas pude hacer suaves brisas de viento, por ultimo entrené el rayo con Alex, el método de entrenamiento fue una pelea.

- Vamos - dijo ella - si quieres controlar el rayo tendrás que ser más activo.

Ella me lanzó un rayo que me alcanzó pero no me hizo nada.

- Ves yo lo empiezas a coger - ella dijo sonriendo y acto seguido lanzó otro rayo.

Me vino a la cabeza la estatua de Zeus que estaba en el museo de Manhattan. Imité su postura cuando cogí el rayo y se lo devolví a Alex que estalló contra el suelo justo a su derecha.

- Muy bien chaval - dijo dándome un puñetazo amistoso en el brazo.

- Dos cosas - dije mientras levantaba dos dedos - uno me llamo Álvaro o Aru y dos no me des que duele - dije frotándome el brazo.

- Puedes estrangular al dios de la vida  pero no aguantas un puñetazo - dijo riendo.

- Cállate viriviri-onna (mujer eléctrica) - dije mientras me reía.

- Cállate tú shonen shinimashita ( niño muerto) - dijo mientras nos reíamos.

Después de eso  nos fuimos a cenar.

El Niño ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora