Capitulo 1

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"Quiero que sepas antes de partir...que hoy por fin encontré una razón para mí, para cambiar lo que fui, una razón para seguir la razón eres tú"

Parado en un rincón del salón y,  apurando su tercer whisky, se encontraba Aomine. Furioso, miraba cómo el objeto de sus más eróticas fantasías, sonreía y conversaba de lo más animado con dos hombres que se mostraban muy interesados en el.

Hace tiempo que no estaba en la misma habitación que Kise y ahora, tenerlo ahí, frente a él, tan cerca, lo estaba matando, pero Aomine se no podía quejar. Si Kise no estaba con él era solamente su culpa, por su cobardía, por no querer enfrentar a su madre miraba lo hermoso que lucía Kise en ese traje negro que llevaba puesto pero a quién quería engañar, Kise se veía bien con cualquier cosa que se pusiera y desnudo se veía mil veces más hermoso si era posible.

Con cada risa de Kise, el corazón de Aomine se aceleraba en un latido más sentía cómo desde su interior emergía una rabia que nunca antes había experimentado.

Verlo disfrutando de la conversación con aquellos hombres que, el apenas conocía, lo estaba carcomiendo por dentro. Quería caerle a golpes a los dos tipos que babeaban como perros al lado del rubio.

Pero debía contenerse, era la boda de su Amigo, donde él oficiaba de padrino, no podía arruinarle ese día tan especial con una pelea por celos.

Kise hablaba animadamente con dos hombres que eran abogados que trabajan en la firma de Midorima.

Los hombres, además de guapos, resultaron ser de lo más simpáticos,lo que ayudó a que Kise se distendiera y se olvidara por un momento del lugar en el cual se encontraba.

Estaba en la mansión de la familia de Midorima, esa mansión que tan malos recuerdos le traía.

Si no fuera porque era la boda de su amigo Takao

que, para Kise más que una amigo era su hermano, no estaría ese día en ese salón soportando las desagradables miradas de "La reina de los hielos" de

la madre de Aomine, ni la presencia del susodicho.

Kise trataba de ignorar las miradas que Aomine, desde su escondite

en un rincón del salón, le propinaba.

Cada vez que sus ojos se

encontraban, Kise sentía cómo el vello de su cuerpo se erizaba. Tenía un

caos en su cabeza y ni que decir lo quepasaba en su corazón.

Los sentimientos que se agolpaban en el comenzaban con la rabia,

le seguía la ira, pasaba por el deseo, para terminar en el amor. Ese amor


que Kise trataba de olvidar a diario y que no conseguía sacar de su herido

corazón.

Aomine, como un halcón, no despegaba los ojos de cada movimiento

de Kise. Pasó un mesero y tomó otro vaso de whisky, pensaba que,bebiendo, tal vez la rabia que tenía en su cuerpo disminuiría, pero en vez

de eso, a cada segundo aumentaba en un grado más.

Kise de pronto sintió que le faltaba el aire, necesitaba salir de ese

salón o pronto sus pulmones colapsarían.

Disculpándose con los dos


hombres que le hacían compañía, caminó por el salón hasta llegar a la

cocina.

Tomó una copa de champaña a su paso y salió por la puerta de

servicio hasta que se encontró fuera de la mansión.

Mi Rubia DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora