Kise llegó a su auto en compañía de Kagami, quien no apartó la mano de la espalda de el en todo lo que duró el trayecto.
-Bien, te dejo sano y salvo en la puerta de tu auto. -Él sonrió y en sus mejillas aparecieron dos coquetos hoyuelos.
-Gracias, pero no era necesario que me acompañaras-
-Claro que era necesario, además quería hablar contigo sin tanta gente alrededor-Kise sonrió.
Kagami era apuesto, no tanto como Aomine, pero apuesto al fin y al cabo.
Tenía unos expresivos ojos Rojos, los cuales eran adornados por unas Grandes y tupidas Cejas.
Era alto, de buena contextura física y, además de todo, un muy buen conversador.
-Bueno, ahora me voy-
-Kise...yo quería preguntarte si querías salir conmigo-
-Kagami, yo...-
-Antes que digas algo, piénsalo, ¿quieres?-Kise lo miró fijamente y vio la mirada suplicante del hombre ¿Por qué no salir con él que había resultado tan agradable? Una salida con un hombre apuesto no le haría mal y de paso podría ayudarle a sacarse a Aomine de la mente decidió aceptar la invitación de Kagami.
-Está bien, llámame y nos ponemos de acuerdo-
-Bien, te llamaré en la semana. Dame tu número-Kise le dictó su número y él lo grabó en su teléfono móvil.
-Bueno, ahora dejo que te vayas. Adiós, Kise-dijo Kagami para luego estrechar sus manos contra las de Kise.
-Adiós, Kagami Nos vemos-Y Kise subió a su auto para marcharse de una vez por todas de ese nefasto lugar.
(....)
Aomine estaba en la biblioteca de la mansión tirado sobre un sofá y cubriéndose los ojos con su antebrazo.
No podía sacar de su mente la imagen de Kise con un hombre saliendo juntos de la casona.
Tenía tanta rabia en su interior que, pensó que en cualquier momento, el corazón le estallaría.
-¿Qué haces aquí, precioso? -La voz de su abuela Natsume lo tomó por sorpresa y se incorporó de golpe en el sofá.
-Hola abuela. Estoy aquí, escapando un poco del bullicio-La mujer tomó asiento al lado de su nieto.
-¿Tú huyendo del bullicio y la gente? Pero si a ti siempre te ha gustado todo eso de las fiestas, querido-
.
-Sí, abuela, pero hoy no estoy de ánimos para ser el alma de la fiesta--¿Qué te pasa, precioso? Cuéntale a tu abuela qué te tiene tan triste-
-¿Triste? No, abuela, solo estoy un poco cansado, eso es todo-
-Soy tu abuela, ¿sabes? Lo que quiere decir que tengo más años que tú en este mundo. A mí no me engañas, Daiki-
-Abuela, no es nada...-
-Es por el padrino, ¿verdad? el lindo rubio que es amigo de Kazu-Chan-
-No, abuela, nada que ver-
-No me lo puedes negar. Te vi cómo lo mirabas durante toda la ceremonia. No le quitabas los ojos de encima ni un solo segundo ¿Me vas a contar qué pasa con el Daiki?-Él miró a su abuela por unos segundos, reacio a contarle sobre su aflicción, pero como había dicho su abuela, a ella no la podía engañar.
Ella lo conocía desde siempre y sabía leerlo perfectamente.
-¿Qué es lo que pasa con ese muchacho?-
-Abuela, es que es muy complicado, mejor lo dejamos así, ¿quieres?-
-Tu madre no quiere a esa chico para ti, ¿verdad?-Aomine abrió mucho los ojos en sorpresa ante las palabras que decía su abuela.
-¿Cómo sabes eso, abuela?-
-Sadako es mi hija, sé cómo es y también sé cómo es contigo. Ella espera que te casaras con la hija de los Tsukishima, ¿verdad?-
-Sí?-dijo él suspirando acongojado.
-Pero a ti la que te trae loco es el amigo de Kazu-Chan-
-Ryouta, abuela, y sí, me trae de cabeza, pero la situación es complicada con el-
-¿Qué es lo tan complicado?-
-Bueno, abuela, tú sabes cómo es mi madre-
-Pero tú quieres a Ryouta, ¿no?-Aomine pensó un poco la respuesta.
Él nunca había tenido esa clase de sentimientos por un Hombre, ¿sería eso amor? Debía ser eso, se dijo.
Estaba sufriendo por dentro, y por lo que sabía, el amor traía sufrimiento.
-Creo que sí, lo quiero-
-Entonces lucha por el-
-No es tan fácil, abuela, el me odia-
-¿Cómo dices?-
-Le hice daño y ahora el no quiere verme ni en pintura y no lo culpo, soy un Maldito idiota-
-Pero, Daiki, no puede ser tan grave Habla con el y acláralo todo, dile lo que sientes-
-Si el me dejara hablar, sería perfecto, pero ni siquiera quiere escuchar una explicación mía-
-¿Tan malo fue lo que pasó?-
-Muy malo, abuela. Mamá habló con el y le dijo que me casaría con Tsukishima Naomi El día de mi cumpleaños lo envenenó contra mí, yo no me defendí y me fui con mamá dejándolo solo, fui un miserable cobarde, pero no quiero que mamá le haga daño tu sabes todo lo que puede llegar a hacer-
-Pero, Daiki, tu madre tiene que entender que ya eres un hombre hecho y derecho y que tienes que casarte con quien tú quieras. Arregla el problema con Ryouta, habla con Sadako y...-
-No sé, abuela, mamáno escucha lo que le digo. No sé cómo la aguanta papá-
-Tus padres se casaron enamorados, Daiki. Por eso no puedo creer que Sadako quiera un matrimonio infeliz para su único hijo-
-Yo tampoco, abuela. Pero ya no puedo hacer nada. Aunque no me voy a casar con Naomi, Ryouta ya no quiere nada conmigo y a veces pienso que es mejor así-
-Y tu corazón, ¿también lo piensa así?-
-No, abuela, mi corazón piensa que debería secuestrarlo y llevármelo a una isla desierta donde nadie pueda encontrarnos nunca más-
-Ay, Daiki, vamos a ver cómo resolvemos esto. Pero lo primero es que hables con Ryouta y lo aclares todo-
-Trataré, abuela, trataré-
(......)
Kise llegó a su casa envuelto en una bruma de deseo y dolor.
Se quitó el Traje de padrino y se metió en la ducha.
Una vez bajo el chorro de agua cerró los ojos y con sus dedos tocó sus labios recordando el beso que, hace un rato atrás, le diera Aomine.
Recordó el calor de su cuerpo, sus manos tomándolo, forzándolo, y comenzó a llorar. Sus lágrimas se mezclaban con el agua que corría por sus mejillas.
No era justo amar tanto a alguien y no poder tenerlo. Se abrazó a si mismo apoyando la espalda en la fría pared de la ducha deslizándose por ella hasta caer sentado en el piso.
Luego de un rato salió de la ducha, se secó, se vistió con un pijama y se metió en la cama.
«Mañana será otro día» Se repetía mentalmente. Otro día más que tendría que aprender a vivir sin Aomine en su vida.
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Mi Rubia Debilidad
FanfictionSINOPSIS Kise y Aomine tienen una historia antigua. Una historia que no terminó del todo bien. De hecho, esta es una historia inconclusa. Kise se entregó por completo en lo que pensaba era una relación, mientras que Aomine no se dio cuenta de lo que...