CAPITULO 11

1.8K 95 3
                                    


Yo no queria sentir eso.

No con ese hombre.

Habia leido demasiado para saber lo que significaba.

No soy tonta, no soy ese tipo de chica que ignora lo que sucede cuando esta en estas situaciones.

Soy una chica realista que se considera una hija de puta por ser directa y egosita.

Pero yo  no queria sentir esto.

Y no con el Sr. Hasme-suspirar.

Con Adam

Solo con Adam.

Yo creia que Adam era el amor de mi vida.

Yo queria que el fuera el amor de mi vida.

El es el amor de mi vida.

Y no este especimen perfecto.

Pero entonces porque esta chsipa entre nosotros?

Era imposible

Es imposible.

Pero entonces porque me sentia como en casa en sus brazos?

Me niego a creerlo.

Me dejo sobre la camilla del hospital y me miro.

Me miro como slo Adam suele hacerlo.

Pero habia mas.

Habia algo mas en su mirada.

Y no sabia que era.

Inclino la cabeza, a modo de despedida y salio.

Dejandome sola.

Respire profundo.

Una enfermera pronto se hizo cargo de mi y me ayudo a caminar a una sala, algo mas privada que tenerme alli en medio de todos.

Me saco el zapato y mi calcetin y senti verguenza.

-Voy a recetarte unas pastillas para el dolor y usaras esta crema para que baje la hinchazon bien?-

me miro con aburrimiento.

Asenti.

-Nada de tacones y dar largas caminatas.-

Volvi a asentir.

-Hay alguien a quien podamos llamar?-

Lo pense unos segundos.

Adam se iba a enojar muchisimo con Jayden por esto.

-No, esta bien asi-

Me levante con cuidado, firme el papeleo de inscripcion en recepcion y recoji las pastillas y la crema en pedidos.

Saque mi telefono de mi bolsa y revise los mensajes.

Hace media hora debia de estar en casa y aqui estoy, en las puertas de un hospital viendo como el cielo se oscurece y las primeras gotas comienzan a caer.

Que iba a hacer ahora?

No podia simplemente llegar a casa y ver a Adam como si nada.

Fingir que no habia sentido nada.

Cuando si lo hice.

Pero y si solo habia una confusion.

Me sente en la vereda de emregencias y me toque suavemente el tobillo.

Nada.

Ni un cosquilleo.

Volvia a inetntarlo.

Siempre MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora