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Contigo.



Lovino escucha música, como una distracción para no dejarse llevar por el sueño. Son las 10:34 PM de la noche, no espera una visita, o algún acontecimiento extraño, como toda persona normal en un sábado en la noche solo en casa.

Un ruido llama su atención y se quita sus cascos, los deja caer en la cama y se levanta. Una piedra golpea su ventana. Frunce el ceño, ya molesto se decide a echar un vistazo, lo que encuentra no se lo esperaba en absoluto.

—Oh, mierda... —susurra para s— mismo. Acaricia su sien, controlando su furia.

¡Amor mío!

Antonio. ¡Quién se lo imaginaría! Colado en su patio, vistiendo con una hermosa camisa blanca, haciéndole ver coqueto, unos jeans color marino y zapatos negros formales. Despeinado y sonriente. Lovino cubrió su rostro con ambas manos. Lo bien que le había evitado en la semana...

—Bastardo, ¡sal de aquí o te patearé el trasero! —le señaló con su dedo índice, Antonio soltó una carcajada—. ¡No es broma!

—Tú no bromeas, eso lo tengo claro. Pero no pienso irme sin tener al menos un buenas noches, Antonio Fernandez Carriedo —le guiña, entonces el italiano bufa enfadado—. Anda, Lovi, no seas tan malo y déjame cantarte un poco.

Lovino desvía la mirada a un árbol del patio. Se apoya del marco de la ventana y niega para sí mismo. Más tarde va a arrepentirse de haber hecho eso. Cerró la ventana de un portazo y Antonio suspiró decepcionado; agarró sus flores del suelo para marcharse, pero escucha un ruido provenir del frente de la casa. Se encontró con Lovino, quien le jaló del brazo y le adentró a su hogar, exactamente hasta su habitación.

Antonio iba a decir algo atrevido, sin embargo fue callado por las manos de Lovino pegándolo a la pared.

—No me digas Lovi -le amenazó, tomando el cuello de la camisa de Antonio, éste sólo sonrió y asintió.

Antonio se paseó por la habitación ajena, observando cada cosa que no era de su incumbencia. Lovino suspiró, aburrido al fin, tomo su celular. Había recibido un mensaje de Feliciano, su hermano menor.


"«Fratello! :3

Qué quieres?»


«Quería avisarte que no estare en casa esta noche °^°


Qué? Por qué?»


«xq estare en casa de un amigo


No con el maldito alemán!»


«No estoy solo con el D: estoy con Yao y Iván tambien


Si no estás aquí antes de las doce te matare!»"




Dejó su celular en la mesita de noche, ignorando los demás mensajes de su hermanito. Antonio yacía sentado en el suelo, mirando algo incómodo al italiano. En su mente imaginó todo más lindo, algo más íntimo. Aún así, le encantaba la presencia de Lovino.

Se le quedó mirando con una sonrisa boba. Lovino levanta una ceja.

—¿Qué quieres idiota? —refunfuño molesto, decidido a terminar con el silencio incómodo que les invadía.

—Besarte en este preciso momento... —Lovino desvío la mirada al techo, murmurando insultos al español por lo bajo. Le gustaba cuando le decía esas cosas, pero nunca lo aceptaría-. Pero realmente sólo estoy aquí para cantarte en esta noche tan hermosa.

—Bastardo, ¿y si hubiese estado dormido?

—Te hubiera despertado con mis labios posados en los tuyos —sonreía radiante, mirando ahora su guitarra como un objeto preciado para él.

—Eres un imbécil...

Antonio sonrió, levantándose del suelo con su guitarra en mano, hasta sentarse en la orilla de la cama. Ajusto un poco sus cuerdas y le estrechó una camelia roja al italiano, este dudo un momento si aceptarla o no, pero de todas maneras la tomo.

Lovino estaba a punto de decir su típico insulto al español, sin embargo, una melodía de guitarra callaron sus palabras. Era un ritmo suave, casi haciéndole caer bajo el mundo de sueño de morfeo otra vez. Lovino noto que Antonio tenia sus ojos cerrados mientras tocaba, apreciando y disfrutando cada nota musical que liberaba la guitarra.

Contigo, quiero estar contigo.
Y decirte que ya no puedo vivir sin ti... —musitó con suavidad, abriendo los ojos para mirar al italiano.

Lovino se sonrojo al instante al ver esos ojos esmeraldas observándole. Antonio soltó una risita y su acompañante se encogió de hombros.

Contigo, quiero ganar contigo...
Y conseguir que todo el tiempo que sea, solo estar junto a ti.
Contigo, quiero estar contigo
Y decirte que ya no puedo vivir sin ti.

Lovino se dejo caer en la cama, la voz calmada de Antonio le daba un sueño horrible. Dio un pequeño suspiro de cansancio y Antonio entrelazó sus piernas. LSintió como la sangre se le subía a la cabeza en un instante, junto con la vergüenza y la furia.

—¿Qué demonios Anto... -unos dedos tocaron sus labios para callarlo. El sonido de la guitarra se apagó y sólo la voz suave de Antonio permaneció.

Y sólo quiero vivir contigo
Y sólo quiero bailar contigo.
Sólo quiero estar contigo, Y quiero ser lo que nunca he sido -quitó sus dedos de los labios de Lovino, sonriendo ahora coqueto, mientra volvía a tocar sus acordes-.
Sólo quiero soñar contigo
Sólo voy a cantar contigo.
Lo voy a hacer todo contigo.
Ya ves, sé lo que me digo

Dura un momento tocando y tarareando, Lovino, ahora sereno y casi somnoliento, no se percata de lo tarde que es ahora.  Antonio discretamente acaricia con su pierna la ajena, escucha una leve maldición de Lovino contra la almohada y muerde su labio inferior al ver tal adorable gesto. Se acercó un poco más al italiano, ahora su tono de voz en un susurro casi inaudible, pero él sabe que Lovino puede alcanzar a escucharle.

Contigo, quiero escuchar contigo.
Esta canción que solamente habla de ti y de mi...
Contigo, lo soy todo contigo.
Me haces falta y ya no puedo vivir sin ti~

Deja la guitarra a un lado y se saca los zapatos. Tararea un poco y acaricia la nuca de Lovino para dormirle. Escucha unos leves sonidos en la almohada y sonríe como tonto. ¿Cómo Lovino podría llegar a ser tan tierno en varios casos?

Se acuesta al lado de su lindo italiano, con cuidado de no despertarlo tiró todo al suelo. Mañana se marcharía antes de que despierte y le mate de un cabezazo mientras duerme. Pasó su mano por la espalda de Lovino y sonrió con cariño, verlo tan deliciosamente frágil y tierno en sus brazos le ponía estúpido, entonces, se acercó a su oído y susurró la última letra de la canción:

Siento cuando estás, y tú me das, tu voz con esa fuerza...
Quiero oírte más... tu voz gritar...


Y se dejo llevar por el sueño.




Canción: El canto del loco ft. Natalia Lafourcade - Contigo.


Cántame. [Spamano]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora