(Extra. 2/3)

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Another Dawn - Breakbot



Antonio perseguía con locura al pobre chico romano, ése de nombre Lovino, en busca de amor.

Su maldición le había costado caro; el amor absoluto de ser rechazado.

Francis es conocido como el Dios del amor que vaga por los cielos haciendo y deshaciendo, con malicia y otras veces con bondad. Él es infantil, a tal grado que no acepta cualquier broma sobre sus cualidades sobre su arco y flecha. Antonio sufrió la peor parte; ser maldecido por Francis con una flecha dorada, pero que su enamoramiento sea del chico de los arroyos, al no sólo ser tan terco y odioso, recibiese una flecha de plomo, dejándolo todo el odio y repugnancia en sus palabras para rechazarlo.

Antonio nunca se rindió, y  le persiguió hasta que le llego hablar una vez:

—¿Por qué no puedes amarme? —inquirió con dolor el pobre dios.

—¡Porque eres un maldito bastardo! —grito, mientras se alejaba corriendo entre el bosque.

Antonio se recostó de un árbol, totalmente desanimo y sin alguna esperanza con el futuro de su amado. Quiere besarle hasta dejarle sin aliento, abrazarle por las noches de lujuria y decirle "Te amo" las veces que sean necesarias. El futuro es tan imperfecto por lo que él se lo imaginaba, entonces le pide ayuda a los dioses para que le ayuden a encontrar a su chico. 

Y al momento le tuvo, así, en sus brazos  de una manera deliciosamente frágil y adorable para sus propios ojos verdes.

Pero era demasiado tarde.

El joven romano sonrió, y sus brazos cambiaron a ramas, sus piernas a un tronco y su cabello a hojas. Se convirtió en un árbol, para simplemente librarse del amor no deseado del pobre dios de la música.

Antonio abrazó entre lágrimas el laurel. Sus deseos y esperanzas, todas enterradas junto con las raíces del árbol que alguna vez fue su amado. 

Y dijo:

—Y puesto que no puedes ser mi amado, en verdad serás mi árbol. Siempre te tendrán, laurel, mi cabellera, mi cítara, mi aljaba... y siempre seras mi Lovi.

Cantó y bailó todos los días alrededor de su laurel, amando para siempre aquel árbol; cuidándolo con su inmortalidad y lealtad.

Porque estaba enamorado, y era lo menos que podía hacer.



 Sé que debo estar fantaseando
Con mi espalda contra la pared
Puedo escuchar claramente tu voz
Y me está pidiendo venir
Pienso que encontraré a alguien
Pero ahora sé que tú eres la única
Tal vez haya una oportunidad 
Tal vez haya una posibilidad 
Tal vez haya alguna forma


Que tú puedas aprender a olvidarte de mí
Tal vez no es tan tarde
Para mostrarte que me equivoque 
Quizá pueda traerte de vuelta
A donde siempre has pertenecido 
Y de verdad él te amaba bien cuando yo me equivoque  

Cántame. [Spamano]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora