Drabble wigetta: Perdón

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¡Alto ahí! Antes de que lean quiero aclarar que esta historia es como una segunda parte de "¿Dónde está el amor?" escrito por Almendra (teamsalseo_ en wattpad) así que si quieren entenderlo mejor vayan a leer primero su drabble

Otra cosa que quiero aclarar: para este escrito me inspiré en una canción que voy a dejar para que escuchen mientras leen, pero la canción está en español, y si les pasa como a mí que no pueden concentrarse por ser el mismo idioma en el que están leyendo les voy a dejar una segunda opción que es la que más me gusta, pero quería dejar la otra también porque es en la que me inspiré y a los que no les moleste escucharla entonces adelante :) Eso sí, si escuchan la canción en inglés después escuchen la otra también así ven la relación que tiene con la historia y el porqué de las oraciones en cursiva ^^

Y el rainy mood que dejé arriba de todo es obligatorio (? elijan la canción que elijan. Ahora sí, los dejo con la historia :D

Canción en español:

Canción en inglés:

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Ya habían pasado exactamente siete días desde que se había ido y parecía que un millón de años me separaban de aquel momento. Recordaba sus últimas palabras como si aún me las estuviera gritando en la cara, y su imagen me venía a la mente constantemente. Tenía las mejillas empapadas, aquellas que antes solía secar con mi manga para luego besarlas, y su voz quebrada no le dejaba hablar correctamente. Aquella madrugada llovía y la tenue luz de la luna era lo único que iluminaba el salón del apartamento, aquel en el compartía mis días con él y al que ahora estaba llegando a las tantas de la noche con la ropa desacomodada y al borde de la ebriedad. Todavía podía sentir una mezcla entre el sabor del champagne y los labios de Madison en mi boca, y a pesar del leve dolor de cabeza que comenzaba a hacer acto de presencia lo único que me impedía moverme adecuadamente era el sueño aplastante que tenía encima. Me había llevado días recordar ese momento, pues pese a que no había bebido tanto parecía que el alcohol había tenido efecto sobre mí y me había vencido. Me había llevado días recordar cómo, al verlo sentado en el borde de la cama, lo invité a tumbarse a mi lado para acabar estrechándolo entre mis brazos como solía hacer por las noches. La última vez que lo abrazaría desperdiciada por mi estupidez. Lo único que sí recordaba a la perfección era lo que había sucedido luego de aquello. El ruido seco que hizo la puerta de la entrada al cerrarse tras su espalda, el silencio pesado de los segundos que me tomó darme cuenta de lo que sucedía, el sonido de mis pisadas contra el frío suelo de madera, corriendo en su búsqueda, y el eco de nuestro retrato, aquel que tanto nos gustaba, haciéndose añicos tras chocarme contra la mesita del salón y dejarlo caer.

Si me solté de ti, si no te defendí, fue que mi corazón estaba ciego...

Qué estupidez perderte para verlo, lo siento...

Recuerdo que lo encontré en el pasillo dirigiéndose al elevador, y que en el aquel momento me pareció lo más estúpido del mundo, ¿a dónde pensaba marcharse a aquellas horas con la tormenta que había fuera? Pero cuando lo pienso ahora me parece tan lógico, ¿qué otra cosa esperaba que hiciera? Si descubriera que todo aquello que amaba y a lo que intentaba aferrarme comenzaba a desmoronarse yo también desearía huir a cualquier sitio.

- ¿Qué haces Willy? – solté desde la entrada de nuestro piso; él se quedó inmóvil al escucharme. Mi voz había salido mucho más fuerte de lo que esperaba y temí que algún vecino saliera a reprendernos de repente.

- Déjame Samuel – contestó, y sin voltear a mirarme apresuró el paso, alejándose de mí.

Instintivamente fui tras él tomándolo del brazo y obligándolo a darse la vuelta, sus mejillas se encontraban llenas de lágrimas y sus pequeños ojos me miraban suplicantes. 

– No me toques, no quiero hablar.

Allí fue cuando me di cuenta de que todo estaba a punto de acabar, y de que era mi culpa. Que mi confusión había dado paso al egoísmo y que finalmente había acabado hiriendo a quien más quería

Si te alejé de mi...

Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero a pesar de aquello fui capaz de seguir su mirada con la mía; estaba viendo mi clavícula.

Si te fallé y me fui...

Dirigí mi vista hacia donde Willy tenía puesta su atención: en mi piel había una mancha bastante notable de color morado que era capaz de llamar la atención de cualquiera incluso a la distancia. Madison...

Fue porque mis mentiras me daban miedo...

Cuando volví a mirar al menor parecía otra persona, sus ojos eran apenas visibles y le era imposible contener sus sonoros sollozos. Creo que ni siquiera intentaba disimular lo dolido que estaba, y aquello me destrozaba.

- Willy... -susurré, soltando su brazo al cual le había dejado las marcas de mis uñas, no era consciente de la fuerza que estaba haciendo y él no parecía tener intención de decírmelo, no parecía tener intención de volver a dirigirme la palabra siquiera.

Tú me creíste y yo me volví tan bueno fingiendo...

- No me hables, Samuel. No quiero volver a verte – me gritó. Aquella era la primera vez en toda la noche en la que había sido capaz de manifestar algo que no fuera un leve susurro. Y no sabía qué era peor, que no fuera capaz de hablarme, o que lo fuera lo suficiente como para gritarme con todo el odio cargado en sus palabras.

Yo tampoco intentaba disimular mis lágrimas, ya no tenía sentido. Intenté tomar su mano, lo cual rechazó bruscamente.

- Chiqui... - dije cerrando los ojos, siendo consciente de que probablemente aquella sería la última vez que pudiera decirlo.

- Hace tiempo que ya no soy tu chiqui y lo sabes.

Y para mi sorpresa no recibí nada de lo que me esperaba, y de lo que me merecía. No recibí insultos, más gritos, una bofetada, nada de eso. Recibí un beso. Aquello que era una muestra de amor tan grande y que ahora sólo era una muestra de decepción y una despedida. Sus labios rozaron suavemente los míos por última vez, y pude notar que Willy estaba temblando. Me habría dolido menos saber que temblaba de ira, pero sabía que no era así; temblaba de dolor. Cuando se separó me dio una última mirada, una llena de desilusión, y se dio la vuelta para marcharse. Daría lo que fuera por no haberme quedado con aquella imagen suya, ahora cada vez que lo recuerdo me vienen a la cabeza aquellos ojos que eran el vivo reflejo de la desilusión.

No pude decir nada...

No pude contestar...

Y lo único que necesitaba...

Era pedirle perdón.

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¡Bueno bueno, acá termina el drabble! Espero que les haya gustado y muchas gracias a Almendra por dejarme hacer un escrito basado en su historia :) Si les gustó no duden en dejar un like y un comentario con su opinión que se agradece muchísimo. Nos vemos en la siguiente historia, ¡gracias por leer! ♡


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