PARTE XVIII: NOVIAS

6K 176 21
                                    


A María le encantaba quedarse en casa, dormir conmigo, despertar a mi lado,  besarme en el cuello. Ella hacía mis días más felices y los llenaba de energía con solo mirarme. Todavía no podía asimilar el tenerla solo para mí, con su sonrisa siempre. Había ganado una confidente, una compañera. 

A veces se quedaba conmigo en casa por muchos días, cualquiera podía decir que vivíamos juntas pero es que no queríamos tomarlo así porque eso de ponerle nombre a las cosas... ¿Convivir? No sé, solo estaba segura de que ella podía estar ahí todo el tiempo que quisiera. 

Lo mejor que nos podía pasar un día era quedarnos viendo pelis, ella abrazada a mí y yo disfrutando su calor. O estar en la cama a oscuras sin decir nada y a la vez diciéndonos tanto. 

- Me encanta todo de ti. - Le dije en la oscuridad. - No sé qué me has hecho.

- Nada que no quisieras que te haga. - Me respondió con una sonrisa y luego me besó de esa forma en la que ella hace, haciéndose la tímida porque sabe me pone eso. - Te quiero.

- ¿Te imaginas si me hubieras dicho que no? - Le pregunté luego.

- Yo nunca te habría dicho que no. Desde que te vi, así como te vi por primera vez en persona, sentí que eras lo que necesitaba.

- ¿En serio? ¿Lo dices en serio o lo dices por cumplir? - Le pregunté un poco sorprendida.

- No es coña, tú ya me gustabas desde hace mucho, era una fan obsesionada, creí que lo sabías - Me dijo riendo. - Pero cuando te vi en persona fue distinto, me impresionaste mucho aquella vez.

- Venga María...

- Vale, pues no me creas, ya sabré yo lo que siento. - Me contestó un tanto cabreada. Se alejó un poco de mí dándome la espalda, yo le abrace por la cintura y besé una de sus mejillas. Jugaba a moderle la oreja para que vuelva a mostrar esa sonrisa que me tenía tan mal.

- Que sí te creo, amor, te creo. - Le dije. - Pero sigo pensando que la que debe sentirse así soy yo, me siento muy afortunada de tenerte.

- Ya... 

- Dame un beso. - Le susurré en el oído. 

- ¿Qué pensaste tú cuando me viste por primera vez? - Me preguntó. - ¿Te acuerdas donde nos vimos por primera vez?

- Pues claro, me parecías muy guapa y me gustaba mucho la forma en la que ibas vestida y que seas bajita me-

- ¿Pero dónde nos vimos? - Me interrumpió. 

- Vale, no recuerdo dónde, pero recuerdo que la vez que fuimos a la fiesta esa de youtubers tú estabas muy guapa. - Le dije intentando mejorar las cosas. - Estabas preciosa.

- Yo ya te había visto mucho tiempo atrás, solo que tú no sabias que existía y pasabas de mí. 

- ¿En serio? ¿Me acosabas ya? - Le pregunté riendo. 

- Qué va... - Ella volvió a besarme, me abrazaba y se aferraba a mí. - Estás haciendo de mi vida algo muy bonito. 

- Tú también, María, hace mucho que no veía la vida así... - Le respondí. 

- Dame tu mano. - Me dijo, tomó mi mano y la condujo hasta su pecho. Yo por un momento creí que haría otra cosa ¿Sabes? - Me generas taquicardias. 

- ¿O será que te estás agitando? - Le respondí sonriendo. - ¿No estarás ansiosa de otra cosa?

- ¿Pero por qué arruinas el momento más romántico que hemos podido tener? 

Reímos juntas para luego besarnos y besarnos y besarnos, metidas en mi habitación con el mejor de los silencios, con la más bonita oscuridad. Siempre vamos a estar juntas nos dijimos aquella noche y la verdad no me puedo imaginar una vida sin ella. Es que en serio ya no me puedo imaginar una vida sin ella porque ni si quiera habíamos confirmado nuestra relación y ya habían muchas personas detrás pidiéndonos que no lo dejemos. Así que en fin, creo que no podía hacer nada más que seguir.

- Me voy ya pa' casa. - Se despidió la mañana siguiente. Iba de prisa, pero muy guapa como siempre, me dio un rápido beso en la boca y se marchó. 

Entonces me invadía la depresión post - despedida, ni si quiera pasaba una hora de que se haya ido y yo ya le echaba de menos. Le hablaba por whatsapp, le llamaba con cualquier excusa, yo solo quería sentir algo que sea de ella, algo que me acerque a ella. 

- ¿Vendrás esta noche? - Le pregunté mientras hablábamos por el móvil. 

- No lo sé, Melo, es que tengo que terminar unas cosas ¿Sabes? Tal vez me quede en casa hoy. - Me contestó.

- Vale, entiendo... ¿Y es muy urgente? 

- ¿Eh? Pues sí, tengo que terminar. 

- Ya... - Le decía, decepcionada, triste, como una niña a la que le quitan algo. - Vale, supongo me quedaré a ver Netflix o algo.

- Vale. - Me respondió algo fría. 

- Vale... ¿Quieres que cuelgue ya? - Le pregunté.

- No, no, podemos seguir hablando, estoy con el hands free. - Me dijo. Yo sentía que le estaba aburriendo y eso siempre me ponía muy nerviosa. - ¿Qué tal tu día?

- Pues ya sabes, editar los vídeos, ir al gym y esperarte a ti. - Le contesté. 

- ¿En serio? - Me preguntó riendo. - ¿Querías que vaya hoy también?

- Que sí, se supone vendrías, pero bueno da igual ya...

- Solo es una noche. 

- Sí. - Le contesté resignada. - A menos que  vaya a tu casa...

- Melo sabes que me encantaría. - Me respondió ella. - Pero no vivo sola, qué más quisiera yo que tenerte cerca. Te prometo que mañana sabré compensarte ¿Eh? 

- Vale, espero que sí.  

Mientras hablábamos a veces podía oír la voz de él, hablándole a María, haciéndole reír mientras yo del otro lado del móvil, del otro lado de la ciudad, del otro lado de la historia. Claro que me estaba empezando a asustar, el hecho de sentirme tan dueña de ella, de obsesionarme con su presencia, de querer tenerla ahí todo el rato. No me gustaba pensar que a lo mejor estaba haciendo mal apartándola de sus amigos para meterla a mi mundo de gente rara. A veces tenía miedo de hacerle daño. 

- ¿Melo? - Me preguntó.

- ¿Eh? 

- Que ya me voy a dormir, voy a cortar ya... 

- Ah, vale, vale, que duermas muy bien ¿Sí? Te quiero. - Le dije yo.

- Vale, un besito. -

- Oye...

- Dime.

- Te quiero.

- Y yo a ti, que descanses.

Lo que no se puede negar | MELEPE = Yellow Mellow & Cadepe | FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora