Quiero dedicarle este capítulo a una excelente escritora de Wattpad, sarahv0309. Gracias por toda tu buena onda de siempre. Espero que lo disfrutes.
Esa tarde Marina llegó a su casa y se dirigió inmediatamente a su computadora a buscar en el historial la notica en la que había visto el número de teléfono de la familia de Joaquín Peretz. Ella no se había percatado de ese dato, pero le llevó a Del Cruz poco más de unos segundos destacarlo como importante.
Una vez que lo encontró, lo anotó en un papel y comenzó a pensar cómo iba a encarar esa llamada. Habían decidido con Juanjo lo que iban a decir: se presentarían como periodistas escribiendo una nota sobre el accidente, a modo de intentar reflotar el interés público y evitar que el tema quede en el olvido, como pasaba frecuentemente.
Sin embargo, la muerte siempre era un tema delicado, en especial para los familiares, y revolver las cosas algunos años después, podía llegar a ser muy doloroso.
Finalmente, cansada de darle vueltas al asunto, llegó a la conclusión de que lo mejor que podía hacer era llamar y, con la idea básica, esperar a ver cuál era la contestación del otro lado de la línea. Eso claro, si había una contestación.
Ese era otro tema que la preocupaba. Habían pasado más de tres años desde el accidente. Quizás los familiares de Joaquín ya no tenían ese número, se habían cambiado de empresa o le habían dado de baja a la línea. O quizás, nada de eso había pasado, pero se habían cansado de la justicia y sus tiempos, y simplemente no quería escuchar nada que les recordara al accidente.
'Pero nunca lo vas a saber a menos que llames' se dijo mientras marcaba el número y esperaba pacientemente que alguien contestara del otro lado.
Sonó una vez, nada. Dos veces, nada. Cuando llegó a la quinta, entró automáticamente el contestador de la compañía. Marina corto rápidamente. No estaba preparada para dejar un mensaje. Enojándose con ella misma por su infantilismo, volvió a llamar. Nuevamente entró el contestador. Esta vez, su parte adulta se hizo cargo de la situación.
Buenas tardes. Espero estar comunicándome con el número de teléfono perteneciente a la familia Peretz. Mi nombre es Marina O'Hayes y trabajo para el diario La República. Mi compañero y yo estamos escribiendo una nota respecto del accidente que involucró a Joaquín, en el marco de una serie de notas que buscan evitar la impunidad e impulsar los casos en la justicia. Les agradecería mucho si se pueden comunicar conmigo al 1587575523 o a la redacción del diario, donde me encuentran en el interno 306. Desde ya les agradezco su colaboración. Buenas tardes.
No era el colmo de la excelencia, pero teniendo en cuenta las circunstancias, era un mensaje más que aceptable. Inmediatamente buscó el número de Juanjo (los habían intercambiado durante el almuerzo) y le avisó que ya se había puesto en marcha. No había mucho más para hacer. Restaba esperar una respuesta.
Relativamente satisfecha con los avances del día, Marina decidió poner en pausa ese tema y pasar al otro gran motivo que la estaba preocupando: su novio.
No le había gustado la forma en la que habían terminado su discusión. No se acordaba de otra en la cual uno de los dos se hubiera ido.
En realidad, no habían sido muchas sus peleas. Marina reconocía que tenía un carácter complicado de llevar, pero la forma de ser de Julián le permitía manejarla muy bien, sin enroscarse mucho en sus humores. 'Esa forma de ser que tiene' pensó. Liviana y profunda y perspicaz a la vez. Serio cuando se lo necesitaba. Siempre atento. Siempre con una sonrisa. Así lo había conocido y se había enamorado.
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El Laberinto
General FictionEstar en el momento y lugar equivocados puede cambiarte la vida. Ser la persona de confianza de alguien, también. Una vez que se entra al laberinto, se debe seguir en él hasta encontrar la salida.