Capítulo VI - Sin Respuesta

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La charla telefónica de la mañana siguiente terminó por establecer algunas cosas. Juanjo se encargaría de contactar a la abogada, ya que prefería no perder tiempo y Marina tenía que cubrir un foro económico del viernes al domingo. Por más que quisiera llegar rápido al fondo de todo, la realidad era que seguía siendo una periodista de economía. Y necesitaba de su trabajo para vivir.

Marina odiaba cubrir foros. Sabía que ser elegida para acreditarse en esos eventos era una distinción por la que muchos de los periodistas pagarían, pero no podía evitar sentirse desdichada. Lo de ella era el análisis. Y el análisis no puede hacerse en el momento. Cada conferencia o presentación llevaba consigo un cúmulo de información importantísima y los expositores siempre dejan entrever cosas, para aquellos que saben leer entre líneas. Pero las líneas se leen mejor en privado, desmenuzando cada párrafo, tomando oración por oración.

Respiró profundo mientras guardaba el cronograma del foro dentro de su agenda. Haría lo que siempre hacía: se limitaría a escribir un breve resumen de cada conferencia, para publicar a modo informativo, y analizaría los contenidos en profundidad para publicarlos durante la siguiente semana. Ese análisis era el que disfrutaba.

Antes de salir de su casa decidió volver a llamar a Gastón. Lo había intentado de nuevo la noche anterior, pero no había tenido éxito.

Después de escuchar la grabación del contestador por cuarta vez, se rindió ante la evidencia: Gastón tampoco iba a responderle hoy. Empezaba a preocuparle un poco que después de tantos días siguiera sin atenderla.

Negó con la cabeza intentando desechar el pensamiento. Seguiría intentando a la tarde. Y mientras salía por la puerta, se mentalizó para no volver a pensar en él hasta que volviera a su casa.




Juanjo estacionó su auto y miró hacia ambos lados antes de cruzar la avenida que lo separaba del edificio de oficinas. Buscó en su bolsillo un papel y lo observó: Lucia Fergui, piso 14. Hacia ahí se dirigía.

Juanjo no estaba acostumbrado a hacer este tipo de entrevistas. La realidad era que en su línea de trabajo, la mayoría de sus informaciones la obtenía a través de informantes, de contactos bien distribuidos. Las reuniones eran en general pocas, y en lugares poco convencionales. Juanjo era importante en el mundo del periodismo de investigación. Sus fuentes lo sabían. Eso les garantizaba que lo que fuera que tuvieran para contar, seria publicado, generalmente a cambio de protección. En definitiva, muchas veces exponer los grandes secretos de personas poderosas era, un modo de "fugar hacia adelante". Les daba una cierta sensación de seguridad. La única condición que tenían era que la información debía de ser verídica. Él chequeaba todo antes de publicarlo, pero le desagradaba muchísimo encontrarse con informaciones falsas. Era un secreto a voces en el mundo periodístico: Del Cruz no toleraba la mentira.

Esta charla prometía ser diferente. Juanjo se recordó por milésima vez que no se estaba por entrevistar con un topo. Fergui era una abogada, una más del montón. Importaba lo que le pudiera contar del caso, pero dudaba que le fuera a revelar algo demasiado trascendental. Sus aspiraciones estaban puestas en descubrir que había pasado con el juez anterior. Con eso se conformaba.

Entró en el edificio y, mirando rápidamente el hall, divisó los ascensores en el costado derecho y se dirigió hacia ellos. Nadie le preguntó nada. Era sólo una persona más de las tantas que entraban y salían.

Cuando bajó en el piso 14 se encontró con un mostrador de frente, detrás de una doble puerta de vidrio. Atravesó las puertas y se aproximó hacia la joven que estaba sentada, apilando lo que parecían ser una serie de escritos.

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⏰ Última actualización: May 19, 2016 ⏰

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