Capítulo IV

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- ¿por qué llegaste tan tarde?
- ¿qué cosa.....?- fui a ver el reloj antiguo de la sala, y marcaban las cinco y media de la tarde.
Lo que más me preocupaba era que salí de casa a las once......
- Y.....¿nuestros padres ...?
- mamá nos comentó que apareció la policia y le pidio.......no le exijio a papá que sacara a todas las personas de la secta y pues hasta ahora no vuelven.
- y ¿tu por qué no viniste?
- al culto?
- ¿a que más?
- bueno no le digas a mamá
Estendí mi mano para que me diera algo a cambio.
- en ese caso no te cuento nada.
- ok, pero ¿dónde esta la tía Perita?
- Sigue en su cuarto.
Basto una mirada entre los tres para decidirnos a ir a ver que hacía tía Perita en su cuarto.
Yo por ser la más pequeña me asome primero y no lo podía creer:
Lo primero que ví fue el vestido azul de la tira Perita, y no sabía por eso que era ella si no su característico peinado de moño. Ella hacía levitar una mandrágora, la estaba hechizando. En un leguaje poco conosido, y después de decir "Shapoos" de repente la planta se combirtió en un bebé.
Inmediatamente deje de asomarme y me quede callada para que no me notara, si es que se dió cuenta de mi precensia.
- ¿qué pasó? ¿Qué viste?
- esta haciendo brujería con planatas
- ¿con su mandágora?
- si.........
- creo que estara ocupada con lo que sea que haya hecho, es hora de comensar.- sacó de sus bolsillos ojos de gatos en una bolsa como si fueran canicas.
- Muy bien vayamos al sótano- mientras que los guiaba paré un momento en mi cuarto y tomé a mi muñeca, quien no dejaba de sonreir con malas intenciones.
Llegamos al ático, uno sucio y descuidado ático; y lo más nuevo eran las cosas de mi abuelo( apenas paso un día de su muerte y ya metieron sus cosas aqui) incluyendo una foto de él junto a mi abuela.
Prendí las viejas velas de cera y puse a la muñeca sobre una pequeña caja de madera para que podamos apreciarla.
Con la tiza hice un círculo y lo dividí en cuatro partes: una tenia una "J" , la otra un símbolo que queria decir muñeca y en los otros dos restantes siluetas parecidas a muñecas.
- Bien podemso empezar- les señale que se inclinaran con la frente en el suelo dentro del círculo.
- ahora que?- pregunto sarcástico Liar.
- no muevas la cabeza y no veas adelante ni a los lados.
Entonces saque unos apuntes que Jesabel escribió para mi. Leí dos líneas, y empezo la mejor parte del culto: las velas que apenas iluminaban el lugar comenzaron a arder tanto como si de un horno se tratara.
- Ahora solo muevan sus brazos adelante- ellos sin levantar la cabeza del suelo las pusieron al frente de mi.
Lo pense un momento antes de cortar su muñeca y dejar escurrir la sangre, no, no puedo....
- Haslo- dijo mi muñeca viendome con una cara larga.
Y como ahora haciá lo que me decia, no me quedaba otra opción.
-Aaaah- dijo Kalí sin gritarlo, mientras deramaba su sangre en el tazón.
Lo mismo hice con Liar solo que este se trago sus palabras.
Y solo faltaba un paso: meti los ojos de gato en el tazon junto con la sangre y los mescle con el cuchillo.
- acerquense- subieron su cabeza para ver a la muñeca.
Los dos pusieron una cara de asustados me dio curiosidad ver que pasaba y tambien vi a la muñeca.
Ella tenia una sonrisa de oreja a oreja y fruncia el seño, era un mountro de verdad ( tanto que asusta a otros....)
- Besenla- la muñeca sin hacer ni un movimiento los veía fijamente.
Mi hermano fue el primero para darle seguridad a la señora de su hijo, y ella después lo hizo.
- Ahora pongan su menton y manos en el suelo.
Ellos lo hieron rápido, ya querian irse.
Les puse la mescla de sangre y ojos a la frente de cada uno.
- ahora si......- murmure porque eso significaba que tenía que decir un hechizo muy poderoso.

En medio del hechizo levante el tazon y puse un poca más en la frente de la muñeca.
- Shia met shouz saaa- estaba leyendo y las cosas se movian- Fup- cuando dije esto el hechizo y los movimientos terminaron

Para no despericiar nada, me tomé lo que sobraba del tazon de ojos y sangre en un solo sorbo.

- terminamos- tome a mi muñeca y baje dejandolos encerrados ahí arriba.
Ya habíamos acabado con el ritual y la muñeca no cambiaba esa cara de sadisfacción. Asi que le pregunte:
- Jesbel......
- No vez que estoy feliz?
- queria saber ¿para qué era el hechizo que leí?
- Solo debes saber que ellos estaran temerosos por tu precencia.

JesabelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora