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Pasados dos meses todo continuaba silencioso en la casa de Johnny desde la muerte de su padre; Su madre no era la misma de antes, ahora casi no sonreía, se la pasaba encerrada en su habitación, llorando por la pérdida...

Un día, Johnny, cansado de ver a su madre así, tan lastimada fue a hablar con ella, intentando recordarle que tenía un hijo con el cual ella podría contar.
-Mamá, ¿estás ahí?. -Dijo Johnny mientras daba pequeños golpes a la puerta de la habitación de su madre, desde afuera.
-Si, pasa. -Dijo Cristina desde el interior de la habitación, su voz era ahogada, Johnny ya suponía que estaba llorando, de nuevo...
Johnny ingresó a la habitación pintada de un color azul claro, en el cual resaltaban los geniales retratos que hacia su madre, los cuales estaban pegados en un rincón de la habitación, bajo estos cuadros había una pequeña estantería con libros viejos, que a Johnny ni se le habría ocurrido ir a hojear, y luego dirigió la mirada hacía su madre, la cual estaba recostada en la cama, observando una foto de su padre...
Johnny, avanzó hasta su madre y se sentó en el borde de la cama.
-Mamá, sé que la muerte de mi padre es difícil, tanto para ti, como para mi, pero debemos afrontar esto juntos, como la familia que somos, me preocupa que estés así, estás más mal de lo que imaginaba, debemos salir adelante, te necesito mamá- Una lágrima se resbalaba por la mejilla de Johnny.
Un silencio ocupó ese lugar por varios segundos, hasta que al fin se escuchó hablar a Cristina.
-Extraño a Danny, sé que te he descuidado mucho, pero he tratado de estar mejor, de levantarme y salir adelante pero no lo logro, no consigo aceptar que lo perdí, lo perdimos...-Dijo mientras acariciaba el portarretrato.
-Lo sé mamá, pero en realidad necesito tú apoyo, y yo te estoy ofreciendo el mío...
Su madre se quedó mirando a Johnny a los ojos, mientras se volvían a inundar de lágrimas... De repente, se abalanzó sobre él, a darle un gran abrazo.
Un te amo salió de su boca, mientras una pequeña sonrisa acompañada de una lágrima que venía de su madre, lo hizo sentir más tranquilo...

Después de un tiempo, las cosas parecían marchar bien, pero llegó un momento en que lo que se había reconstruido en el interior de Cristina, se volvió a derrumbar...

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