Historia II

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¿Fue mi mejor desición?

¿No, Si?

¿Fue una buena desición?

- Ella siquiera se entero de ello... - Hablo solo el ser que en ese momento se veia como una simple silueta de alguna persona, sobre un tejado y con la vista clavada en la ventana de una casa en particular.

Donde una muchacha se encontraba recostada en una cama sin poder moverse mucho.

- Espero que vivas, ya ha sido suficiente. -Concluyo y se desvanecio sin dejar rastro, como si fuese neblina.

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- ¿Me podrias decir tu nombre? - Preguntó esa mujer sentada en un pequeño banco junto a la cama en la que estaba recostada.

Esa simple pregunta me descoloco un poco, me hiso sentir mal de nuevo, después de todo estaba sola ¿No?

- No.. No lo recuerdo. - Respondí agachando un poco mi mirada, sintiendome cada vez más apricionada.

- No te preocupes,  no creo que sea temporal. - La mujer parecia no dudar con lo que decia, por lo que no pude evitar mirarle raro por unos segundos. - Lo se porque soy doctora. - Especifico sonriendo.

- ¿Us-usted lo cree? - Fue lo que con esperanzas le pregunté.

- No lo creo, lo se. - Respondió revolviendome el cabello reconfortandome.

Ella no parece dudar de sus palabras.

Pero ¿Comó es tan confiada con gente cualquiera?, yo bien podria ser un criminal, o algo por el estilo. Podrian estar buscandome y la involuclaria.

- Podría estarte mientiendo.. - Le dije casi en un susurro, pero aparentemente me escucho.

Parecio pensarlo por unos minutos, en los que me sostubo la mirada seriamente.

- Mi hija, bueno, ella puede detectar si una persona realmente tiene malas intenciones, por lo que cuando te encontramos en ese callejon, decidimos traerte a casa, disculpame por mis palabras, pero parece que ya has sufrido suficiente. - Dijo sin borrar ese gesto de seriedad. - Por lo que no creo que seas una mala persona.

No me sorprendio mucho, todos los humanos se ayudan entre si, pero yo ¿Eh ayudado a alguien? o ¿Eh matado a alguien?

- Yo.. le debo mucho a usted. - Dije sin pensarlo mucho, los humanos puede que se ayuden entre si, pero no cualquiera lleva a un desconocido a su casa y lo cuida.

- No tienes que hacer nada, no te ayude con el fin de que me debas algo, lo hise solo porque quise. -

- Pero de igual forma, quiero devolverle el favor. - Insisti levantandome de la cama, dispuesta a ayudarle en lo que sea.

- No te muevas demaciado, esos golpes y las heridas que tienen no son muy buenos acompañantes con movimientos bruscos. - Se hacerco vastante, notablemente preocupada.

- Por favor. - Rogue. - Quiero ayudarle.

Parecio rendirse alfin, por lo que suspiro y volvio a sonreir comprensiva.

- Si quieres puedes ayudarme con los deveres de la casa. - Finalizo por lo que le sonreí, agradeciendole. - Por sierto, soy Margaret.

Un ultimo deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora