Perdido en su mirada

Vacio

¡Wow!

Que pésimo sueño... Me levante sobre una palmera. Miro hacia el horizonte y los veo.

Estaba Elisa con su padre de espaldas, mirando el atardecer, sobre ese acantilado. De repente, comenzaron a caminar hacia el final del acantilado, luego a correr.

Gritaba para que no cayeran. Mi voz se hacia cada vez más sorda a medida que avanzaba. Parecían cerca, pero a la vez mas lejos. Se acercaban al acantilado, ese camino tan corto se hacia cada vez más largo. Ambos miraron hacia atrás. Contemple sus sonrisas y sus ojos. Yo lo conocía. El era... el que me pagó el pasaje. No podía ser.

Di la vuelta, eché a correr. No los quería. Me abandonaron, esa razón bastaba para irme. Pero una corriente impedía que corra. Mis pies se movían como si estuviese en una cinta. Me quería ir.

- BASTA. ¡¡LOS ODIO!!

Deje de intentar escapar. Una mano cálida me tocó el hombro. La corriente se calmó. Y por un segundo me imaginé en aquella foto. Sonreí, me sentía cómodo y querido.

Parecía la foto que traen los portarretratos nuevos. Aquellos que representaban la perfección de algo bello. Aquellos que te hacen sentir que detrás de esa foto hay una historia y momento real. Aquellos que envidias.

Sentí que respiraba con calma. Estaba rodeado por brazos de mi madre y mi abuelo. No necesitaba que un ADN me lo dijese.

Miré hacia abajo... estábamos en la punta del acantilado. A punto de caer. No había un mar como parecía en la foto. Todo era negro. Oscuridad.

Caía hacia el vacío, pero solo. 

Un paracaidas se abrió. Me salvó, pero no lo suficiente, como para que no sufriera. Volaba en medio del vacio. Nunca caía, pero sentía el viento en mi cara que decía lo contrario. Lo peor se avecinaba.

 Por alguna razón Elisa y mi abuelo-no-se-su-nombre me miraban desdearriba. Ninguna lágrima de deslizaba por sus rostro. No me lloraron. No mequerían 

...

La cama estaba completamente desarmada. Alguien llamaba a la puerta. Estaba sudado. Perecía que había corrido una maratón.

Mi camisa estaba mojada. De repente, recordé el sueño.

<< Rafael. Vete >>

El sol recién estaba saliendo. No quería volver a verla. Nunca me voy a olvidar de la parte final del sueño.

Puedo estar equivocado. Ella ni siquiera puede der mi madre. Mucha gente es parecida...

<< No seas iluso Rafael. V-E-T-E >>

A duras penas me levanto. Mis piernas dolían demasiado. No creo que haya estado por el hostel corriendo. En realidad, espero.

Arreglo algo la cama. La dejo algo acomodada como si hubiese dormido allí una persona normal, que no tiene pesadillas y no se despierta sudado.

<< Por fin te explicas a ti mismo, que no eres normal, Rafael>>

Cojo mis cosas y trato de bajar silenciosamente las escaleras. Estas parecen que se rien con los ruidos que hacen.

<< No tienen caso Rafael >>

Me acerco a la puerta. Cuando una voz me asusta, a tal punto, que salto hacia atrás.

- Perdona Rafael, no pretendía asustarte – dijo la misma voz que estaba en mi sueño - .

- No... esta bien. Em... ya me iba – dije algo nervioso. No quería estar allí – Hasta ... - No, no la iba a volver a ver – Adios.