LUCIÉRNAGA

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La casa de mis padres era exageradamente grande, a pesar de estar en el distrito 36, en un estatus medio bajo, se imaginan las del distrito 1, bueno si solo nos queda imaginarlas porque los distritos del 1 al 10 se encuentran en las zonas privadas, es decir que se necesitan varios millones de dolares para entrar allí.

Esa noche no dejé de pensar en lo sucedido, eran miles de ideas cruzando por mi mente, algunas más ilógicas que otras, hasta creé un complot nacional en mi mente, algo así como no se, explosiones en algunas setas, o hasta una crisis económica que nos haga más pobres de lo que muchos ya somos, o algo así cosas que nunca pasarían ya saben, puras estupideces, jamás pasarían.

Pero estaba muy intrigado.
¿qué cosa era tan fuerte como para hundir una placa de titanio reforzado, con un solo golpe?
No tenía lógica, jamás se había visto eso. Se supone que esas placas son las que usaron nuestros antepasados para crear el primer cohete que llegó a plutón, bueno eso y una muy bien equipada nave espacial, ya saben capaz de soportar el frío, etc, etc, etc.

La pregunta era muy irracional, no conocía nada parecido, así que supuse que debía dejar de pensar en ello y dormir, pero aún en mis sueños seguía pensando en lo mismo.

Me levanté el siguiente día, hablé con mi padre lo sucedido, pero... Le dio un lapsus de sueño y se durmió sin decirme nada.

-Compréndelo jordan ya esta mayor- me dije, salí de casa y me dispuse a hacer algo que jamás había hecho antes, falté a clases.
Sí, lo se, suena como algo común, pero entiendan para mí era como robar un camión blindado o soltar mosquitos radioactivos en un banco de sangre, ahora comprenden, en verdad era muy malo!

Pero volviendo al punto. Decidí faltar a clase y hacer un recorrido nuevo. Entré en una tienda de ropa, y pedí a la encargada que me mostrara unas gorras y una sudadera gris con estampados negros en la espalda.

Compré los artículos con mi tarjeta de exitstorage (que es una ventana virtual que creo el gobierno para realizar compras, el dinero se carga mensualmente) salí del lugar, y así disimule mi uniforme del instituto; me dirigí hacia la estación de setas y tomé la número 150, iba directo al distrito 35, de fácil acceso y muy conocido por tener la biblioteca más grande y completa del país, el camino era un corto, aproximadamente a 1 hora y media de mi casa. Verán, vivo cerca de la estación de setas, así que aunque estuviera lejos de algún punto específico, llegaría rápido.

Después del viaje, llegué a la estación del distrito 35, y tomé un nuevo rumbo. Iba directo a la biblioteca.
Quería encontrar historias, referencias, leyendas, algo, lo que sea que me guiara hacia el gran misterio del distrito 42.

El viaje no fue muy largo, quizá de unos quince minutos, y como la seta se detiene a treinta metros de la entrada de la biblioteca, me fue muy fácil llegar.

La entrada era monumental, era la primera vez que en mi vida veía ese lugar frente a frente, así que sin más demoras, procedí a entrar.

Por fuera era monumental, por dentro era aplastantemente hermoso. Nunca en mi vida había visto tantos libros.

Me acerqué a la recepcionista y le pregunté.

-disculpe señorita, ¿dónde puedo encontrar registros históricos de hace unos... No sé... cien años?

La mujer solo me observó por unos segundos, señalo el número 1050 y siguió con su lectura.

Mi Pequeña Suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora