HOMÚNCULO

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Era un 18 de febrero, y ya habían pasado 4 días desde que me embarqué en este viaje, desde que me picó un bichito infernal al que le llamo curiosidad, que al final de cuentas es mi mayor debilidad.

Entre toda la confusión de la biblioteca y el viaje, solo actué sin ponerme a pensar en detalles, y más importante... ¡cómo carajos no sentí pasar las horas!, además, se supone que en la estantería faltaban varios libros, y uno de ellos era el número 36, correspondiente a mi distrito... lo cual me lleva a preguntarme, ¿cómo apareció en mi bolso?... demonios y lo más irónico es que estoy aquí frente a un libro de tal importancia (que no sé ni cómo llegó a mis manos, y tampoco me di cuenta de cuándo lo obtuve, inclusive hablé de él como si me perteneciera) y no tengo el valor para leerlo.

Saben, me siento como si tuviera lagunas mentales, es imposible no sentir el avance del tiempo, es decir, he oído que cuando algo te gusta demasiado el tiempo pasa mucho más rápido, ¡pero no es para exagerar!, esto no es para nada normal, creo que tengo una enfermedad mental o algo así... pfff, ahora estoy divagando, y hablando solo, sí, definitivamente no estoy cuerdo.

También, recuerdo haber visto a ese chico, y estoy seguro de que no es la primera vez, y ahora también sé que existe alguien más que tiene un libro, eso quiere decir... Que hay más personas con estos documentos.

No pasó mucho tiempo hasta que me cansara de estar pensando, sentado en la cama, como imbécil.

Tok tok... - sonaron golpes en la puerta - Jordan el desayuno está listo... - dijo me madre al otro lado de la puerta, nunca entraba a mi habitación, pienso que tiene miedo de encontrar revistas porno o a mi haciendo algo inesperado, ya saben drogas o cosas así, en algunas ocasiones no sabía si tomar eso como bueno, porque respetaba mi espacio personal, o como malo, pues hasta cierto punto, eso quería decir que según ella participaba de ese tipo de cosas, pero en fin, estoy divagando...

-Me escuchaste o debo repetirlo cariñito... - dijo mamá en tono sarcástico.

-Sí mamá perfectamente solo déjame organizar unas cosas y...

-bueno al parecer Plutón tiene hambre, pobre será mejor qué...

-Buenos días mamá que linda te ves el día de hoy- la abrazo y camino rápidamente hasta el comedor.

En muchas ocasiones, me he llegado a enojar con ella pero la perdono rápidamente, y no por su extremo sentido del "cariño", sino, porque a pesar de todo sigue siendo mi madre, y me causa mucha risa sus comentarios, ehh... ahh... pero no se lo digan, podría ser que cumpla sus promesas y estaría en peligro el universo.

Fue un desayuno muy ruidoso como cualquier otro en casa, mis hermanas ya tenían veintidós y veintitrés años y según tengo entendido estaban a punto de mudarse por aquello de las facultades de la universidad, los novios escondidos, etc, etc, etc, ya ustedes se imaginarán más razones.

Era un lunes por la mañana y sinceramente, quería dejar de lado las tareas del colegio puesto que aún tenía hasta el miércoles para hacerlas. Ah, lo siento, olvidé mencionar que en el instituto al que voy solo recibo clases los jueves y viernes, lo cual es una de las pocas cosas buenas que implementó el sistema.

Luego de desayunar regresé a mi habitación, me tiré sobre la cama y sin querer me golpee la cabeza contra la pared.

-¡Carajo!... a quién debo agradecer esta suerte de porquería- dije con las manos sobre mi cabeza.
-hijo estás bien – dijo mi madre al otro lado de la puerta- modera un poco tu vocabulario.
- si mamá es solo un...
-ah está bien, vamos a salir con tu padre, iremos a ver a donde mierda quieren ir tus hermanas a vivir volveremos el jueves en la tarde -
¡y me pides a mí que modere mi vocabulario!- pensé-
-está bien mamá yo me quedaré cuidando la casa-
-pensaba dejar a Plutón encargado, porque pensé que saldrías con una chica o algo, pero ya que te ofreces... ¡cariño guarda esos cincuenta dólares!- grito a mi padre- adiós cariño.
-qué mujer más inmadura- reí.

Mi Pequeña Suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora