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Capitulo 3.

Un espectacular fin de semana, no. Eso se queda corto.

Había pasado uno de los mejores fines de semana de su vida junto a su mejor amigo Niall. Después de pasarse todo el sábado juntos, comiendo pizza como dos puercos, tirados en el sillón, mirando películas y capítulos de Doctor Who. Harry termino por quedarse a dormir ahí, con el rubio quien por cierto, no lo había dejado tocar ni su celular, ni la laptop del rubio, nada de aparatos electrónicos, absolutamente nada, y aunque en parte le agradaba puesto que así podían platicar demasiado y echar bromitas, le parecía muy extraño.

El domingo en la mañana, claro, más o menos como a las doce de la mañana. A los dos torpes se les ocurrió ir a la playa, ¿Por qué? ¿Por qué no? Así que Harry se apuro a ir a su casa, tomar algunas ropas y se monto en el auto del rubio (del padre del rubio) y se dirigieron a la playa, donde pasaron todo lo que resto de la tarde intentando broncearse (intentando porque ninguno lo logro) y ligando (tampoco lo lograron). El rizado llego a su casa cerca de las diez de la noche, y lo único que quería hacer era morir o dormir, y como la segunda opción era más fácil, la eligió, quedándose dormido con el cuerpo aun salado por el mar.

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La alarma sonó muy temprano, demasiado para su propio gusto, y lo primero que hizo fue darse una ducha porque, ew. Apestaba a agua salada y se sentía pegajoso, completamente asqueroso, ¿Cómo se había podido quedar dormido... así? Su cabello se veía reseco (claro hasta que se aplico su aceite de coco y lo hizo verse más brillante) y su piel algo rasposa. Y lo peor de todo, nada de bronceado.

Las películas mienten.

Así que el triste Harry Styles, alisto su mochila a como pudo y salió de la casa con su celular apagado. Lo había mantenido así el día anterior y el anterior del anterior... Ósea sábado y domingo. Estaba ansioso por abrir las redes sociales y ver que había subido Louis... ¡Louis! Santa mierda, no ah checado sus redes sociales.

Bien, por suerte, en la facultad había Wi-Fi gratis, por tal... Podría acosar toda la mañana. De eso estaba seguro, por el momento, debía asegurarse de llegar a la primera clase.

Entro a la universidad y lo primero que se dio cuenta fue que... Todos lo miraban. Y eso era realmente raro, porque siempre pasaba desapercibido, como un fantasma, nadie le ponía atención y el no ponía atención a nadie. Pero esta vez, todos lo observaban. La incomodidad le lleno el cuerpo y comenzó a caminar más rápido, intentando huir de todos esos ojos curiosos, pudo jurar que algunas chicas le tomaban fotos con sus celulares.

Cuando llego a su salón, este no estaba vacío, mierda no. Y Cada ojo, estaba puesto en el. Qué rayos pasaba en ese maldito lugar.

—De acuerdo, ¿Qué mierda pasa con todos? — Soltó como un ladrido, asustado y al mismo tiempo acorralado.

Algunos comenzaron a hablar entre ellos, Harry camino hasta el final del salón, su lugar habitual y al sentarse, siguió observando cómo hablaban entre sí, era tan de película todo aquello, tan... Novela. Y ni si quiera sabia el porqué. El no había matado a nadie, tampoco secuestro, ni violo, ni apuñalo. Se la paso todo el fin de semana tragando con el rubio de su mejor amigo, no le hizo daño ni a una mosca. El viernes todo estaba normal.

—Vaya, las celebridades tienen mal humor. — Escucho como Daniel Odonell cuchicheaba con las chicas del salón, es gay.

Esperen.

Celebridad. ¿Dijo celebridad? El no es una celebridad, es solo Harry Styles. Un chico de una familia de clase media, cabellos rizados, adicto a internet, simple. Apúntele Odonell.

I'm in your Army - Larry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora