Decisiones Extremas. ||Pausada Indefinidamente||

Capitulo 2.

Decidio llamar a sus hermanos después de a ver visto la hora. Dos, tres tonos, hasta que al fin contestaron.

—Voy a llegar retrasado.—trato de hablar antes de que alguien lo hiciera primero.— Hubo... —aun así lo interrumpieron.
—¡Dile a Guren que lo enviaré al maldito mundo de los muertos!—se podía escuchar a Seishiro un poco alterado.
—Por favor... cierra el maldito pico.—hablo entre dientes tratando de mantener la compostura dentro del auto, que hablarán mal de el mismo no le importaba, pero si era de Guren no lo dejaba pasar.
—Pregunta Kureto que en cuanto rato estarás aquí, pedazo de imbécil. —solto un gemido, seguramente Kureto lo había golpeado.
—En cinco o tal vez más, no se.

Dobló una esquina sin percatarse de que estaba en rojo, iba tan concentrado en que responderle al mal nacido de Seishiro que no vio a una persona pasar. Frenó antes de poder tocar a la mujer. Con el impacto las ruedas hicieron un ruido muy fuerte que llegó a escuchar Seishiro y Kureto del otro lado del teléfono.

-¿¡Estas bien!?—gritó preocupado el pelioscuro alterado. Habia quitado el telefono del oido a Seishiro. A pesar de llevarse mal con su hermano adoptivo, le tenía un cierto... "cariño".

Por el otro lado Shinya se habia golpeado la cabeza con el manubrio, haciendo que se hiciera una herida en la frente y sangrara.

—Maldición...—murmuro bajando del auto un poco mareado. Se afirmó de la puerta y con la otra mano se la llevo a la cabeza haciendo un gesto de dolor, a su vez sintiendo algo espeso en su frente. —Ngh~
—¿Se encuentra bien? —pregunto una mujer de edad hacia Shinya preocupada.
—Yo... si, si. —miraba aturdido a la mujer y un poco atontado.
—Y ¿usted... está... bien? Siento mucho lo ocurrido.—hablaba pausado, ya que el mareo seguía ahí.—Disculpeme.—se dirigió a la mujer inclinando un poco la cabeza en forma de disculpa.
—No se preocupe. Estoy bien. Debería de ir al hospital. Se ve muy fea esa herida.—se escucho preocupada.
—Si.—dijo un poco fuera de si. Se montó en el vehículo y volvió al camino hasta llegar a la casa de su padre adoptivo.

Ahí se haría curaciones, tenía la opción de volver a su departamento pero no quería preocupar a Guren.

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Quedó observando la puerta por la cual se había marchado su amante. Soltó un suspiro resignado y se tendió en la amplia cama mirando hacia el techo. Se formó en su rostro una amplia sonrisa, paso sus manos por su cara y se levantó para meterse a la ducha. Al salir y colócarse su ropa, tocaron la puerta, tres golpes y una risa detrás de esta.

Quedó extrañado, esa risa ya la había oído antes, pero hace bastante tiempo atrás. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Se paró al frente de la puerta y tocaron dos veces más.

—...Guren~ —escucho en un susurro al lado de su oido antes de tocar la manilla de la puerta. Su manos sudaban, dalio su cabeza hacia un lado para ver de reojo la habitación.

Al abrir la puerta no habia nadie, estubo a punto de cerrar su puerta cuando se percató de una cosa, en el suelo a un paso de el había una caja. Desconfiado tomo la caja en sus manos no era ni muy grande, ni muy chica.

Tenía curiosidad de que había dentro, pero... <<Shinya, se enojara si la abro...>> pensó. Volvió su vista hacia la habitación y decidió dejar la caja ahí. Empezó a ordenarla. Había tomado las llaves del cuarto e iba a partir. Al pasar frente a la caja, la curiosidad podía más que el.

—Shinya lo siento. —susurro al tomar la caja en sus manos para abrirla. Antes de que lo hiciera un mensaje en su IPod había llegado. Tomo en una mano la caja y en la otra había tomado su celular, al abrir el mensaje vio que era un número desconocido: