Capitulo 6.

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Llego a casa algo agitada, su ropa desordenada y el pelo alborotado, su respiración era algo irregular. Sus manos temblaban y en su rostro habia una sonrisa nerviosa. "Esto esta llegando demaciado lejos" pensaba a la vez que se arreglaba la ropa para entrar a casa.

Había tenido la intención de ir a ver a su hermano en el hospital pero el testarudo de Kureto la mandó a la casa, según él que cuando este en mejores condiciones Sienta la iba a llevar para que lo vea.

— ¿Shinoa? —la voz de Mitsuba hizo que levantara la mirada. No la esperaba, mucho menos a estas horas.
—Ara~ Mit-chan. —le sonrió. Se acercó a ella y le acarició el rostro con las yemas de sus dedos. Mitsuba por su parte estaba con un ligero rubor en sus mejillas.
—¿De donde vienes? —preguntó la rubia rompiendo aquel acto cariñoso de Shinoa.
— Del hospital... ya sabes, Shinya esta... mal... —desvió su mirada hacia el piso.
— ¿Estás bien? —volvió a preguntar.
— Si...
— ¿Segura? —pregunto dudosa.
— Que si. Por el amor de Dios... —había hecho un movimiento con sus manos y Mitsuba le llamo la atención gritando sorprendida. — Tus manos... —susurro nerviosa.
— No es nada... es... pintura. —afirmó Shinoa acercando su mano hacia Mitsuba.—Míralo, es... pintura.
— No... no lo es. Eso es... — retrocedió un paso.
— ¿Sangre?

Trago saliba con nervios, definitivamente eso no era pintura, de sus manos salían un olor a extraño. Shinoa solo movia su cabeza negando.  "¿Que haré con ella?" Pensaba.

— No tengas miedo, Mit-chan. —se acercó a ella sonriendo, pero la rubia no estaba tranquila, no sabía si la sangre era de ella o de alguien mas.
— No lo tengo. —trago saliva nerviosamente. — ¡Oh! Verdad... Aoi me espera, tengo que irme. —coloco sus manos al frente discúlpandose.
— Mientes... —dejo de sonreír. — Deja de mentir, Aoi nunca le has importado, ni lo hará nunca.
— ¡C-Callate! —le dolio que le hablara asi y más aún que le dijera eso. — No eres la Shinoa que... —volvió a dar un paso hacia atrás, mordió su labio impidiendo que llorara.

Aún asi, lo dicho por Shinoa era en cierta manera verdad. Aoi no la quería y Mitsuba lo tenía muy en claro, le dolía.

— Ella... estoy aquí, ¿no lo ves? —le tomo su rostro con sus dos manos. —Ya no sufriras mas, yo te voy a ayudar. Yo te voy a ayudar, si... eso hare.

Comenzo a actuar extraño. Soltó el rostro de Mitsuba que de a poco comenzó a soltar lagrimas, en su rostro se lleno de miedo. Levantó su mano derecha golpeando a la rubia, perdio el equilibrio por el inesperado golpe, callendo de lleno en el duro suelo, recibiendo el impacto en su cabeza. Estaba inconsciente, salía sangre un color rojo oscuro.

Se inclinó y acarició su rostro que se estaba colocando pálido por la pérdida de sangre.

— Créeme... lo estoy haciendo por tu bien, para ti. —tomó sus dos brazos y lo empezó a arrastrar por el cemento.

Abrio las puertas del auto y la coloco adentro, volvió para tirar agua para que la mancha de sangre desapareciera. No era la primera vez que hacia algo parecido.

Para asegurar que Mitsuba no despertará amarró sus manos y sus pies, junto a su rostro había un pañuelo con cloroformo. Si, Shinoa era una "niña" muy precavida, el auto lo dejo cerrado, pero sin alarma puesto que a Mit-chan se le podria ocurrir salir de cuálquier manera, aunque estaba segura que no pasaría eso.

Entró a casa muy en silencio, no quería que sus hermanos o su padre lo escuchara, estaba llegando fuera del horario permitido.

— Son las diez de la noche. —una voz gruesa se escucho arriba en el segundo piso. — Agradece que padre no esta.
— Seishiro~ —miro a su hermano levantando la cabeza y sonriendole. —No creí que te preocupaba. —comenzó a subir las escaleras con saltitos, su cabello se movía de lado a lado y sus manos jugaban atrás de su espalda ocultando las manchas que traía.
—De hecho estoy esperando a quien sea que este sacando a las escorias de nuestro camino, se lleve a ti. Nos sacaría un gran peso de encima. —se dio la vuelta para volver a su cuarto.
—No deberías de apresurarse tanto.... podrías ser tu. —llelego hasta donde el y le toco la espalda con una sonrisa de lado, haciendo que el mayor se tensara.

Decisiones Extremas. ||Pausada Indefinidamente||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora