Capítulo 5.

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Después de la explosión del auto de Kureto, se llevaron a Shinya a Urgencias. La explosión estubo tan cerca de el, haciendo que su cuerpo recibiera el impacto callendo inconciente al suelo. Ahora los médicos trabajaban en ello, haciendo lo posible por sacar aquellos fragmentos incrustados en la mitad de su cuerpo del lado superior e inferior derecho.

Estuvieron trabajando en el por dentro de 4 horas o más. Al salir estubo en cuidados intencivos. Aún así nadie le daba ninguna información siempre escuchaba "El médico encargado va hablar con usted" suficiente con la espera decidió buscarlo y preguntarle. Como era posible que nadie decía nada. Era su hermano.

— Hasta que lo encuentro.—le reprochó el Hiiragi. — No quiero rodeos, ni mentiras.
— En este momento esta en estado de coma pero intentamos sacar la mayor parte de estos fragmentos solo hay que ir viendo su progreso.

Se sentó ya cansado de todo.

— Usted dice que hay que esperar... muy fácil decirlo ¿no? —sonrió de lado apoyandose en la pared.

Y sin decir ya nada más salio un momento a fuera, necesitaba respirar aire puro. Saco un cigarro y lo prendió, solo cuando estaba alterado o para pensar fumaba. No alcanzó a terminarlo cuando vio que la gente adentro comenzaba a correr.

Su pecho apretaba, tenía una angustia y entro para seguir a la enfermera. Al llegar a la habitación que justamente era la de Shinya, vio como le estaban haciendo reanimación, al entrar a la habitación el médico le pidio que se retirará.

Su celular empezó a vibrar sin ver quien era contesto.

Kureto...
— ¿Padre?

Los dos guardaron silencio, solo se escuchaba las voces de los paramedicos pidiendo los medicamentos y la gente murmurando.

No hubo más palabras, fue tan sencillo saber que en ese preciso momento los Hiiragi iban a entrar al juego. Esta era la oportunidad para demostrarle a Shinya que el era el indicado y no el imbécil de Guren.

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Con Shinya en coma y Guren desaparecido todo estaba marchando bien para ellas. Casi todo bien, solo debían encontrar a Guren Gusten y todas las piezas iban a caber en su lugar. Y para lograr encontrarlo necestarían la ayuda de Crowley Eusford.

— ¿Que piensas tanto? —la chica de cabello rosa le pregunto a su compañera mientras jugaba con una araña en un vaso.
— Nada. Necesitamos ir donde Crowley. Apurate. —no le gustaba la idea, pero era la única forma.
— Ya fuimos una vez. No es necesario.—dejo escapar a la araña y miro muy enojada a su compañera.
— Solo fuimos a ver que no nos iba a traicionar.
— ¿Por que no los mayas a todos de una vez? Puedes hacerlo, que salgan heridos no tiene sentido. Sólo así harás que nos encuentren. —aveces la pelirosada tenian minutos donde quedaba cuerda y eso a ella lo asustaba un poco. — ¿Oh es que acaso aún sientes cariño por esa familia?

Sin pensarlo su compañera se acerco a ella y en un movimiento rápido su mano estaba apretando el cuello de chica Rosa. Dejándola sin respiración.

— Disculpa, ¿volverías a repetir la pregunta? —acerco su piso a su boca presionando cada vez mas su mano en su cuello.
Mal...maldita... —la soltó haciendo que cayera al suelo de rodillas. Respiraba dando bocanadas de aire muy grandes.
— Si... ahora, iremos donde Eusford.

Chica Rosa se levanto acariciando su cuello. — ¡Ah! Por un momento Crei que me matarías... —río y volvió a actuar como una niña chica.

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—Kagiyama, tengo un mal presentimiento. —Saco una de sua manos que estaban en sus bolsillos y la llevo a su cabeza.
—Callate Makoto. —su compañero le dio una mirada de fastidio.

Estaban esperando a que trajeran a la persona que habían ido a ver. Saito.

— No me gustan estos hospitales. —sintió un escalofrío de pies a cabeza. — Maldito Shusaku... —susurro.
—No entiendo porque estas asi, si tu mismo fuiste quien lo dejó aquí. —comenzó a caminar de un lado a otro.
— ¿Encerio preguntas?— estaba seguro que su compañero solo bromeaba. — Por esa misma razón... idiota.

No terminaron de hablar cuando vieron entrar a un hombre junto a dos enfermeras, las dos eran algo robustas y de carácter frío, lo dejaron sentado en la mesa.

— Toma bebetelo. —una de las enfermeras le dejo un vaso de plástico con agua y una píldora. El con cara de fastidio lo hecho a su boca y lo bebio.

Al ver que se había tomado su medicamento salieron dejándolo sólo con los dos detectives. Sin antes dejar dicho "Te compartas..."

— Si quieren que hable tendrán que decir que desactiven las cámaras. —murmuro sin rodeos, ni pelos en la lengua. Mantenía su mirada hacia un punto fijo esperando la respuesta de uno de ellos. Al  ver que el hombre no decia nada y que hablaba enserio decidió ir a exigir que las cámaras fueran apagadas, demoró un instante por que los guardias se negaban a hacerlo, en el momento que dijo quienes eran guardaron silencio y acataron sus ordenes.

—Ya está... —tomo asiento al lado de Makoto.
— Maldita vieja.—hablo el hombre interrumpiendo a Makoto, mientras escupió la píldora en algún lugar de la habitación para luego levantarse y pisarla haciendo que se hiciera polvo.

En cuanto a los detectives sólo observaban los movimientos su visita.

— Estar aquí encerrado no es muy agradable. Pero me salva de la loca que anda rondando a los Ichinose y los Hiiragi. Están aquí por Guren ¿no es asi? —volvió a su lugar apoyando sus codos en la mesa.
— Si. Lo que sabemos es que Guren hablo contigo antes el accidente.
— De seguro Shinya le obligó decirle. A de estar desesperado.
—Lo estaba... —Kagiyama colocó una mano por encima de Makoto, para que no siguiera hablando, lo que ellos necesitaban era información no que el supiera todo lo que estaba pasando allá a fuera. —Sólo habla. —Makoto terminó por decir.

Antes de hablar Saito dio una risa burlona. — Yo le advertí, advertí que ella había regresado, de hecho le dije que ella nunca se había ido. Pero nadie me escucho y ahora... ahora esta haciendo de las suyas junto a a su compañera... las dos están totalmente desquicidas. —se hecho hacia atrás y jugaba con aquel vaso de plástico entre sus manos.
—¿Quienes son ellas? —pregunto Kagiyama.

Saito los miraba detenidamente. Estaba mas que claro que no diría palabra alguna, no sin antes conseguir lo que quiere.

— Quiero salir de aquí...de este infierno que me haz puesto tú. —volvió a afirmar su pecho en la mesa mirando con odio hacia Makoto. Él junto a Shusaku habían conseguido encerrarlo en ese agujero. — Yo necesito salir de aquí, ustedes necesitan mi ayuda y encontrar a su preciado amigo Guren, sin mi ayuda no lo encontrarán.

Los dos agentes se miraban, no sabían si aceptaban su oferta o no. Tampoco podian colocarse de acuerdo ya que Saito escucharía todo.

El celular de Kagiyama comenzo a vibrar, un mensaje de parte de Shusaku habia aparecido. Si rostro palidecio, apretó su celular con rabia.

— ¿Quien fue esta vez? —hablo con malicia.

— Esta bien, acepto tu propuesta.—Makoto quedó observando la situación sin entender nada. Y Saito un poco sorprendido, esperaba que le negaran aquella petición.
— Vas a dejar que Saito vuelva a salir, después de...
— Mito y Goshi murieron.

Decisiones Extremas. ||Pausada Indefinidamente||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora