Cada vez Thomas se comportaba más y más dulce conmigo, la ilusión era grande y llena de vida.
Decidí empeñarme en hacerlo feliz y en intentar que todo esto que pasaba día a día progresara.
Agarre el móvil y mire los mensajes nuevos, era Thomas:
-Hola mi preciosa, te extrañé hoy... No te vi para saludarte, ni despedirme-
-Hola Thomas, lo lamento he estado tan ocupada que apenas tengo tiempo de algo que no sea la universidad-
-está bien, pero cómo va todo? Estás bien?-
-la verdad he estado muy preocupada y no he podido dormir bien, siento que voy a morir del estrés... Aunque puedo estar exagerando-
- no, cómo se te ocurre? Te necesito-Te necesito? A que se refería con eso? Pensé en no darle importancia a eso pero como no hacerlo si todo Thomas me importaba.
Deje el mensaje y solo pensaba en sí en realidad podría progresar algo entre nosotros o solo sería una ilusión más.
Al día siguiente tenía una cita en la embajada canadiense para ver si continuaría mis estudios en Toronto, ya que siempre quise triunfar en otro país.
Le conté a Thomas sobre la cita y aunque demostró apoyarme muchísimo había algo en el que no estaba bien.
Asi que fui y presente mi entrevista, la llevaba preparando más de 3 meses pero al presentarla me sentí muy nerviosa, creo que no me darían el permiso pero cuando dijeron mi nombre me dirigí hacia el puesto de el encargado y dijeron que la habían aprobado... La felicidad invadió mi cuerpo sonreí, di las gracias y me dirigí caminando lo más rápido posible hacia la salida, le conté a mi madre y a Diana y las dos estaban muy felices por mi, luego recordé a Thomas y pensé que si me salían los demás trámites me iría, eso me alegraba profundamente pero yo jamás lo volvería a ver de nuevo y seguro que así no funcionaría.
Me quede estática con el móvil en la mano y pensé en ocultar por el momento que todo iba bien, no quería causar problemas por el momento aunque mi mente solo pronunciaba las palabras: "tal vez no volveré a verte."