Otro día más como cualquier otro sentada en una banca solo...hablando de nada, junto a mi mejor amiga mientras yo solo miraba como en el fondo los chicos jugaban fútbol, ella me hablaba sobre cómo estaban las cosas en su casa, una linda tarde a mi parecer.
Eran las 2 de la tarde aproximadamente, yo solo contemplaba el panorama; aclarando que soy una persona a la cual le gusta mucho pensar en momentos así.
Me encontraba con Diana, era mi amiga desde hace mucho tiempo por esto mismo es como mi hermana, es tan linda y siempre me escucha, creo que son unas de las cosas que me hacen quererla tanto.
- Qué ocurre?- preguntó, salí de mi pequeño trance y vi su cara de curiosidad, tenía los ojos muy abiertos.
- Solo observo como juegan fútbol - me reí al notar lo absurda que había sido mi respuesta, era claro que mi vista se enfocaba en Thomas, no sé por qué de un día para otro me empezaba a parecer el chico más simpático de todo el mundo.
Siempre habíamos sido compañeros pero eso era todo, la verdad Thomas no es un chico en el cual te fijarías normalmente, aunque en ese momento no tenía la voluntad de pensar en nadie más, ni de mirar a nadie más.
Me dirigí a mirar a Diana y le pregunté intentando sonar lo más normal posible:
-Diana, que me pensarías si te digo que me gusta Thomas?- intente que sonara como una pregunta hipotética aunque en el fondo yo sabia que era de lo más real.
-sería bastante extraño, pero sabes que no te juzgaría por nada- dijo Diana y creo que ya había captado que todo este tiempo mis ojos estaban en él.
-bueno... Si me gusta- le dije un poco nerviosa, y desde ahí en delante hubiera querido devolver el tiempo.