All for you. | Z.M.

Capítulo 3.

-Francheska-

La semana pasa a una velocidad alarmante. En un abrir y cerrar de ojos.

Entre múltiples tareas y actividades que mandan de la institución, apenas puedo pensar en lo que hice: aceptar salir con Zayn.

Ahora me encuentro en mi habitación, terminando un ensayo para química. Papá se puso difícil para dejarme salir con un chico que no conoce y en una nueva ciudad. Sonrío por como actuó cuando se lo dije.

Flashback.

— Papá, necesito hablarte, ¿se puede? — digo, sin ningún tipo de nervio. No es la primera vez que hago esto.

Está tumbado en el sofá individual, con el control remoto en sus manos, sintonizando cualquier canal.

— Sí, cariño — dice, todavía sin mirarme. Me encuentro parada en el umbral de la cocina y la sala. — pero..., ¿puedes encargar comida rápida para cenar?, no quiero hacer cena hoy, estoy cansado. — ordena y luego me mira. — a menos que quieras hacer la cena tú — dice, en tono divertido.

Yo alzo una ceja y digo decidida —: me voy por la comida rápida.

Él sonríe y yo me dirijo a mi habitación a buscar mi móvil.

Ya escaleras arriba, se me ocurre una idea; me dirijo a la habitación de Jeff y abro sin tocar.

Está en su cama, de forma desgarbada con el mando del x-box, jugando videojuegos.

— ¿Qué quieres? — pregunta, sin despegar la vista de su pantalla tv.

— Papá, que llames y encargues comida rápida — digo.

— Está bien; ¿hamburguesa, hot dog, pizza o pollo? — pregunta, sin verme.

Hombres.

— Hamburguesa, creo — digo, por mí, no tan convencida. — no sé, lo que quieras.

El asiente y yo salgo de su habitación, escaleras a bajo. Me tumbé en el sofá-cama, diagonal a papá, que está viendo noticias.

¿Todo esto por Zayn?

Zayn, es lindo. No lo conozco. Me dejará en paz después de esta 'cita, sin compromiso'.

— Papá... — lo llamo y el asiente, sin verme, en señal de que siga. — saldré el sábado a una... fiesta — digo.

— Está bien, cariño. Que te valla bien, diviertete — dice, y luego voltea a verme con una sonrisa en una fracción de segundo para volver a ver la tv.

— Con un chico... — digo, lento.

Él apaga la tv y me voltea a ver incrédulo, yo reprimo una sonrisa, sin embargo.

— ¿Quien pijas es ese? — pregunta, serio.

— Es un compañero de estudio... — comienzo y él suspira aliviado. — es como... — sacudo mi cabeza de un lado a otro, mientras hago un ademán con la mano; buscando la palabra adecuada — una bienvenida.

— Está bien, me alegro de que no es una cita o una salida, porque si no voy a...

— ¡Papá! — exclamo y él ríe.

No es una cita, bueno..., no, no lo es; vamos a una discoteca con sus amigos y borralo.

— Está bien, solo no llegues tarde, no ingieras tanto alcohol, nada de cigarros y por último e importante... — comienza.

— No muestres tus piernas — le interrumpí, terminando por él.

Papá sonríe y luego vuelve a encender la tv.