17: De su lado

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- Cariño... ¿estás bien?- alce la mirada y sonriéndole a mi madre asentí en su dirección

Ni siquiera fingiendo soy buena

- Claro que si mamá, ¿Por qué la pregunta?

Cerro la llave del fregadero y tomo asiento junto a mí, evite verla a los ojos, no sería capaz de mantener mi mentira, no podía mentirle cuando miraba sus ojos, esos ojos iguales a los míos, que incluso he llegado a pensar que en cierta ocasiones ven lo mismo que yo

- Porque desde que llegaste el sábado has estado decaída, ayer a duras penas saliste de tu cuarto para comer. El lunes ni quisiste ir a la universidad, y hoy nisiquiera has tocado tu desayuno ¿no debería preocuparme?

Notaba la angustia en sus palabras, es obvio que le preocupaba mi actitud, hasta yo mismo lo estaba.

- No debes preocuparte – me lanzo una mirada poco convencida, sonreí en respuesta. Me dolía mentirle pero era lo que tenía que hacer – estoy bien... solo que aún no me acostumbro a todo esto, eso es todo.

Mi madre me rodeo con sus delgados brazos y depositó un cálido beso en mi frente, yo hice lo mismo con ella

- Tranquila pequeña, costará... pero pronto te acostumbraras, veras que sí.

Por alguna razón esa frase tenía tanta concordancia con mi vida en estos momentos

- Si... pronto lo haré - conteste

Bueno, eso era lo que esperaba...

Después de abrazarnos para no preocupar más a mi madre me tome el zumo de naranja y me comí una tostada, algo era algo, y me sentí mucho mejor al ver su sonrisa de satisfacción al verme cruzar la puerta en camino a la universidad, tenía que hacerlo por ella.

En la parada de auto bus deje pasar como dos buses seguidos, lo menos que quería era llegar temprano para ser el punto de burlas y atención, eso era demasiado para mí.

Por suerte llegue cuando la campana sonó, me adentre en los vacíos pasillos y cuando tenía todos mis materiales busque mi aula. Toque dos veces y pase al escuchar el permiso del profesor. Entre con la cabeza gacha por si me topaba con alguna mirada pero por suerte todos mis compañeros estaban concentrados tomando los apuntes de la pizarra, de verdad agradecía que mi especialidad no sea una de las más tomadas. Por ahora había sido un buen inicio, hasta ahora.

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El pure de papas se veía deprimente o creo que era yo quien no tenía ganas de comer. Convencida de que esa era la razón deje la bandeja en su sitio y Salí de la cafetería ocultándome de las miradas que últimamente están puestas en mi más de lo normal.

El día estaba hermoso, el sol estaba en su mejor punto listo para calentar a todo aquel que se sienta frio, y de verdad que yo se lo agradecía, porque de tanta soledad me iba a congelar.

La verdad que no tenía idea de que hacer, tenía las dos horas siguientes libres, no me podía ir porque no iba a faltar a mis demás clases solo por no tener con quien charlar en las horas restantes. A dustin no lo había visto por ningún lado, me imagino que ha de estar en clases, eso es lo malo de tener amigos de otras especialidades; tienen horarios muy diferentes, puede que cuando el este libre yo no lo este, creo que así no nos veremos por un buen rato.

Iba a tomar asiento sobre el césped para perderme en mis pensamientos pero una agradable música llamo mi atención, estaba frente al coliseo y por lo que oía de hay provenía la música, no era el lugar más lindo para mí ya que me recuerda todo lo que paso el sábado pero no podía aguantarme la curiosidad, así que me levante de un salto y entre. Había muy poca gente en las gradas, algunos estaban conversando mientras se tomaban algún refrigerio mientras otros se encontraban solitarios tomando su lunch tranquilamente, y claro uno que otro mirando el entrenamiento del equipo de animación. Yo era una de esos.

JUNTO A TI SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora