25: Ya no queda nada para mí

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- ¿Señorita? ¿Señorita?... ¿Se encuentra bien? Dios... como voy a explicar esto...

Mis ojos estaban pesados y mis piernas dolían al moverlas, lentamente me trate de sentar y abrí los ojos. Me encontraba sentada en media carretera y el sol de la mañana me saludo. Me incorporé de un salto asustada. La cabeza se me partía del dolor, seguro por haber estado tirada tanto tiempo.

- Gracias a Dios que se encuentra bien, estaba muy asustada, no quiero tener problemas con la policía y le den mala fama a mi hotel

Una señora de unos 40 años me miraba asustada examinándome de pies a cabeza, para luego mostrarse aliviada. Me sonrió.

- Disculpe, ¿Qué fue lo que me paso y que hora es? – pregunté nerviosa.

Lo último que recuerdo es ver a Peter irse en un auto y luego todo negro.

Peter... Así que todo lo que paso fue verdad, él me uso a su antojo y se fue de aquí, me dejó sola y quien sabe cuánto tiempo estuve tirada en el piso.

Me sentía débil y mis ganas de llorar no ayudaban mucho. Mi madre debería estar preocupada, tenía que regresar a casa lo antes posible.

La señora con una sonrisa amable me tendió mi bolso y yo lo tome agradeciéndole. Me había olvidado incluso en donde lo deje, si ayer no me hubiera puesto tan débil por todo hubiera recordado mi celular y no hubiera rogado por una ayuda que nunca llegó.

- La verdad no sé qué pasó, anoche tuve un imprevisto y deje el hotel con mi sobrina, pero ella se ha quedado dormida y cuando estaba llegando te vi tirada aquí en la carretera. Son las siete de la mañana- me miró curiosa - Niña no sé cómo has podido estar tirada ahí sin que te pasara nada, ¿Con quién viniste? ¿eres un huésped?

Son las siete de la mañana... Dios, ¿Qué voy hacer? ¿Cómo se los voy a explicar a mis padres?

- ¿Entonces nunca llego nadie a recogerme? ¿algún taxi? – pregunté

- Mi sobrina ni sabía de tu existencia, y si hubiera venido alguien no te hubiera encontrado ahí tirada. Vimos la habitación seis abierta y por eso dedujimos que ese bolso que encontramos ahí era tuyo, pero no había nada más.

Mi corazón no podía creer lo que esos dos me habían hecho, y más aún peter, a pesar que le rogué por mi madre, no tuvo la compasión de ayudarme... Nunca espere que me hiciera algo tan bajo, que tonta he sido creyendo en sus palabras...Todo no fue más que una mentira.

Sin poder evitarlo unas lágrimas rodaron por mi mejilla.

- Niña no llore, no sé qué habrá pasado pero no vale la pena. Váyase tranquila, por la cuenta del cuarto no se preocupe, ya me dijo mi sobrina que fue una chica rubia muy distinta a usted que la alquilo, así que vaya a su casa y descanse tranquila - me regaló una sonrisa y regreso al hotel, le agradecí internamente por todo, no tenía más dinero que para el taxi, que seguro con lo lejos que estamos no será barato.

Llame a un taxi y a los veinte minutos apareció. Me subí en el y recostada contra la ventada me permití cerrar un poco los ojos, tenía que pensar que les iba a decir a mis padres.

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Abrí la puerta con mucha delicadeza tratando de no hacer ningún ruido al entrar. Veo que todo está apagado, que raro, a esta hora ya deberían estar desayunando.

Me acerco al cuarto de mis padres, el cual está completamente vacío.

¿A dónde se habrán ido?... Capaz tenían alguna cita médica hoy y no me dijeron, bueno, eso me dará un poco más de tiempo para pensar en que decirles.

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⏰ Última actualización: Apr 25, 2020 ⏰

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