Bajo sus encantos. (~*MariChat*~)

Capítulo 12 (Antibug.)

// Bueeeeeeenos dias/tardes/noches!!

Aqui su actualización de cada domingo!!

Ya vieron los spoilers de Origenes?

Yo me estaba aguantando, pero nomas no pude resistirme xD

#PerdonameThomasPorQueHePecado(?)

Atentas que la cosa se pone buena 7w7

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-... Entonces...

¿Qué debo hacer para ser tan buena como Ladybug?

Pregunto la chica peli azul con cierto apuro al muchacho rubio de orbes azules que le miraba con extrañez. Parecía muy insistente, de cajón, fácilmente podía identificarla como una fan más de su sequito de seguidoras personal, pero ella era diferente. De coletas, peli color azulado, una radiante sonría, era diferente a la chica que fue a su casa para darle los deberes a su hermano menor. Era mas que obvio que ambas eran familia, eran idénticas. Ella no le gustaba, de hecho, era solo una persona más en la escuela donde estudiaban. Dicho en otras palabras, ella era tan importante como la motilla de polvo que crece en la biblioteca, que en términos menos extensos, ni siquiera le importaba.

-Bridgett, hemos hablado mucho sobre de esta situación, me rehusó a seguir con esta charla, ya te puedes ir lleno a otro lado-dijo dándole la espalda en cuanto el timbre sonó

Pero es que ella se había enamorado de el sin quererlo, pues así es el amor. Creía sanamente que era un presumido engreído por ser un reconocido modelo juvenil, pero vio aquel lado dulce que solo se presencia solo una vez.

Le conoció en la biblioteca, bien lo recuerda; ella necesitaba un libro de historia que estaba en el tercer estante de la derecha que daba hacia el patio por la ventana, donde son las mesas de estudio, hasta atrás de la biblioteca. Ella estaba parada de puntillas luchando por intentar tomar el libro con las yemas de los dedos y poder regresar a casa para hacer sus deberes, fue allí donde el apareció. Callado y sigiloso se paró justo tras suyo, tomo el libro en sus manos y lo bajo para dárselo. El dejo muda, esa sonrisa que decía: -"Aquí tienes" la prendo para siempre. Desde ese día procuraba alcanzarlo a la misma hora en el mismo lugar, la zona de lectura.

Pero ella no quería molestarle, a duras penas podía divisarle pues las admiradoras simplemente le tapaban la vista. Y si, de cierto modo también se volvió su admiradora, y una especie de acosadora. Era una más de las que le escribían cartas de amor y las metían a su taquilla, era de las que le mandaban dulces y postres en el descanso, era de las que le miraban jugar baloncesto y logro ser una de las que le entregaba la toalla después que se lavaba la cara tras los entrenamientos. Y aunque todo eso era hermoso, él lo tomaba como con las demás. Solo una loca admiradora más. Solo una más.

Hoy, tenía que ser justo hoy que tenía que tratarle como si fuere basura, fue un día como hoy pero de hace un año que se conocieron. Ella sabía que el jamás lo recordaría, pero ella siempre lo tuvo presente, porque si, con el tiempo se enamoró cada vez más de él.

Cabizbaja y tristona, se fue a llorar sus penas al baño, donde nadie estaría, pues todos habían ido a clase. Se encerró en un cubículo, se llevó las piernas al pecho después de haberse sentado sobre la tapa del retrete y comenzó a llorar. Hoy más que nadie se sentía como la cosa más insignificante. Eso dolía y mucho.