CAPÍTULO 9

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_Leo, se llamaba el chico

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_Leo, se llamaba el chico.

Lo recordaba pero quería que Max me contase la atrocidad que cometí, así que le escuché.

_Estuviste trabajando en Denia más de cinco años, eras feliz, parecía que habías olvidado tu trauma, desechaste de tu mente lo que no querías admitir. Sabemos que tenías pensado mudarte a otro apartamento porque tus amigos se iban a vivir juntos. Supongo que eso desencadenó tu rabia. Bebisteis esa noche, mucho, dentro del vino encontramos restos de un fármaco muy potente, te habías asegurado de que esta vez nadie interrumpiría tu huida. 

Continuó relatando lo ocurrido: _Leo y Lex estaban en el sofá de la sala, a la mañana siguiente Lex se despertó con un tremendo dolor de cabeza y vio con horror cómo Leo había sido apuñalado, varias veces, en el pene, en los testículos, en la barriga...igual que la vez anterior. Lex gritaba mientras te llamaba por la casa. Ella no te creyó posible de hacerles esto, hasta que vio  tu habitación vacía y encontró la nota en la que le explicabas cómo Leo había abusado de ti, cómo te amenazaba si contabas algo y lo peor de todo, que pensaba seguir haciéndolo cuando estuvieses instalada en el nuevo apartamento.

 Por ello decidiste huir del barrio, del pueblo, de la provincia, les decías que fueran muy felices si es que podía perdonar lo que te había hecho.

Mi mente empezaba a recordar, era tremendamente doloroso, saber que yo había sido la agresora y no la victima.

Max siguió hablando: _ La policía te consideraba una asesina , pero yo les convencí de que estabas enferma, no recordabas lo que hacías, fragmentabas tu mente y escondías lo que no querías recordar. Nada más leer tus cartas me di cuenta de ello, prácticamente eran iguales, en ellas hablabas de lo que te había ocurrido con esos dos hombres. De sus abusos, dabas lugares y fechas concretas de las agresiones...por lo que era todo muy creíble, pero luego hablabas de que tú no podías seguir más allí, en aquel hogar. Pero que si ellas sabiendo lo que te habían hecho a ti, les perdonaban, les deseabas de todo corazón que fuesen felices y ahí viene la confusión...porque te encargaste de que no volviesen a hacerte daño ni a ti ni a nadie más. 

No podía dejar de mirar a Max, quería que sus explicaciones terminasen, cada vez que lo oía sus palabras dañaban mi corazón. Yo no era así, esa no era yo¡¡¡

_Tú siempre te creíste la victima, y lo eras , en cierta medida, por eso las medidas de seguridad en tu última casa, siempre tenías un cuchillo cerca de ti, había uno en cada habitación de tu casa, la policía encontró también en el registro una caja debajo de la cama. Dentro guardabas cosas importantes del pasado: el vestido lleno de sangre y roto que te había regalado tu madre por tu mayoría de edad, unas pulseras de la amistad que Lex confirmó eran vuestras, un par de fotos en la playa en Denia y un ramo de Nomeolvides seco con una tarjeta que decía así: "Espero que la pelirroja mas guapa del mundo sea muy feliz en el día de su cumpleaños" Gabriel.

Miré a Max, no le veía porque las lágrimas corrían como torrentes por mis ojos. Él me gustó desde el primer día, me sentí a gusto con él porque ya le conocía, era mi Gabriel, el Gabriel de mi adolescencia. Recordé que su segundo nombre era Maximiliano, pero prometía a cualquiera darle un puñetazo si alguien tenía la osadía de llamarlo Gabriel Maximiliano.

Max, me amaba, desde que era un niño, mi huida le enfermó y tuvo que ser tratado por especialistas. Así es cómo él decidió estudiar y convertirse en una eminencia dentro de su especialidad, la psiquiatría. 

Lo hizo por mí, para poder entenderme mejor, para poder ayudarme algún día como ahora lo estaba haciendo. 

Había encontrado al fin alguien en quien confiar, alguien que me quería, alguien para compartir mi vida..pero ¿Sería posible todo eso?

Nos abrazamos, lloramos los dos, por nuestras vidas perdidas, por lo que pudo ser pero no fue y sobre todo por el futuro incierto que nos aguardaba.

                                                                                FIN

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