Luego de terminar el día en la universidad (en el que me pasé escribiendo como una loca durante las clases, y tanto que me dolían los dedos) y terminar de aprenderme los pasillos del nuevo lugar, me fui hasta el trabajo. Eran las cuatro de la tarde.
Esa hora es la hora en la que más gente suele aparecer, además de las seis de la tarde. Trabajo de cuatro a seis, así que, apenas llegué, me puse la bata de Moody's place y comencé a servir a la gente.
Para ser mi primer día, no estuvo mal (dejando de lado que me quemé con café hirviendo y casi tiro la bandeja a la mierda, pero bueno)
Así fue como, a las seis, salí del trabajo con la pierna quemada, las articulaciones de los dedos adoloridas y un dolor de cabeza bastante fuerte. El primer día siempre es difícil.
Por fin llegué al departamento, Rubén no parecía estar en el suyo. Dejé las llaves sobre la mesa y comencé a ojear los juegos, quería jugar algo lindo con él. Tenía The Last of Us, estaba segura de que iba a amarlo. Tal vez, luego lo subía al canal. Decidí llevar ese, y algunos juegos un poco más viejos para la nostalgia, como algunos de Slenderman y tal.
No me producí demasiado porque sabía que no iba a significar mucho, remera ajustada negra, jean y nada más.
Fui a su departamento a las 20 hs. Me sorprendí a mí misma cuando comencé a pensar, que de tenerlo a millones de kilómetros, pasé a tenerlo a un pequeño corredor de distancia, y que podía tocar su puerta cuando quisiera, aunque sabía que no iba a hacerlo. Los cinco pasos de corredor, fueron los más grandes y largos que sentí en mi vida. Casi que me sentía cruzando el mundo. Argentina, Buenos Aires, Océano, España, Madrid, la puerta de Rubius. Golpeé tres veces.
Él abrió la puerta con una sonrisa resplandeciente. Una sonrisa real, que no va petada ni está pixelada. Estaba vestido como siempre, tenis negros, jean negro, campera negra, gorra negra... si uno lo ve sin conocerlo, puede parecerle una persona bastante Gore o esas cosas, yo que sé. En realidad es una dulzura de persona.
- Buenas.- sonreí. Abrió del todo la puerta para dejarme pasar. Su departamento era muy distinto al mío. Demasiado. Todo esta lleno de cosas de Star Wars que amaría tener, videojuegos y todo tipo de cosas que mi mamá llama "esa cosa rara que te gusta". A veces llamaba a Rubén de la misma forma. "Mamá, es un humano".
- Te ves bien, ¿cómo ha ido el primer día?- me sorprendió que actuara tan sociable, luego recordé que no fuimos tan sociables al chocar en las escaleras. Él casi me deja caer, y yo casi lo mando a la puta madre. Que locura.
- Bien, un poco aburrido. Me perdí demasiado.
- ¿En las materias? ¿tan difícil?
- No, en los pasillos. Esa construcción es una mierda de mounstro. No encuentro nada.- largó una carcajada.
- Pues, te acostumbrarás, creeme. Siempre es un coñaso el primer día.
- ¿Cómo son las escuelas en Noruega?- Rubius dejó de acomodar la cocina, se dio la vuelta, y me miró con una sonrisa.
- La hostia. Siempre me ha resultado más... libre, que Madrid. Aquí son muy cuadrados.
- Con semejantes lugares en Noruega, da como para flashearla un toque.- me miró extraño.
- ¿flashearla un toque?
- Hum, es como... estar flipándolo todo.- lanzó una carcajada. De repente, vi una bola anaranjada que se movía por la sala.
- ¡Wilson!- grité, y me agaché junto a él para acariciarlo.
- Mira, le caes bien.- dijo señalando al gato, mientras se secaba las manos con el repasador.- sonreí.- A Ust también.- lo miré sorprendida.
- ¿Cómo? ¿le caigo bien? ¿en serio?- Rubius sonrió y levantó los indices riéndo.
- ¡ust ust ust!
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Vecinos por incidente.
FanfictionCuando una familia argentina entra en un período de problemas económicos, la hija mayor de la misma, se ve obligada a viajar a otro país para conseguir un trabajo y estudios accesibles. _______, con esa carga sobre los hombros, viaja hasta España, M...