Bitch In Troubles {2}

4.

Brianna

Paso toda la noche dando vueltas sin poder dormir.

¿Cómo me pudo haber dicho toda esa mierda?

Pienso en enviarle un mensaje, pero no creo que me responda.

Admito que no debería haber dejado entrar a Matt, pero, ¿por qué no? Sólo somos amigos, yo no quiero nada con él.

Scott es la mejor persona que he conocido.

Me duermo poco a poco pensando en Scott.

Me despierto y me propongo a hacer algo.

Luego de bañarme voy a mi closet y de allí saco una falda, un top y unos tacones, me los pongo y salgo del apartamento.

En el auto pienso lo que voy a hacer, pero estoy muy nerviosa.

Llego al edificio, entro en él y voy directo a la recepción.

-Hola. -Digo a una chica de allí.

-Buenos días, ¿en qué podemos ayudarles?

-¿La oficina de pasantes? -Pregunto.

-¿Viene de visita?

-Si.

Ella me da un pase y me indica donde es.

Cuando llego a la oficina de Scott no quiero tocar la puerta. ¿Cómo reaccionará él? ¿No me querrá aquí?

Toco la puerta y él responde con: "En un momento".

Scott abre la puerta y me mira por dos segundos.

-Brianna.

Me agarra de la mano y me atrae hacia él, para luego besarme intensamente.

-Perdón, perdón. -Dice entre los besos.

Me deja entrar a la oficina y me siento en un pequeño mueble.

-Lo siento también. No sé que estaba pensando al dejarlo entrar.

-No importa.

Se acerca a mí y me besa.

-Te amo.

Yo bajo la cabeza.

-Dime que me quieres. -Dice él. -No te obligaré a que digas algo que no sientes.

-Scott, es que después de la muerte de mis padres no sé si puedo ser capaz de amar a otra persona, siento que los estoy traicionando.

Él me besa de nuevo.

-Descuida, tomate tú tiempo.

-Gracias.

Él se sienta en el borde del escritorio.

-Por cierto, estás muy sexy hoy.

-¿Si? -Me levanto del mueble y voy hacia él.- Eso quería.

Él muerde su labio y me ve de arriba abajo.

-¿Sabes que estoy pensando? -Dice.

-No, ¿qué?

Él mira el escritorio y luego me ve a mí.

-No, no, no. Estás loco, Scott.

-Vamos, amor. Nadie nos escuchará.

Tengo muchas ganas, ya saben, la adrenalina de que tal vez nos escuchen, la excitación del momento... Pero, no lo sé.

-¿Entonces?

Viene hacia a mí y me agarra una nalga. Yo lo sujeto por la cabeza y lo acerco a mí, le doy un beso y muerdo su labio. Él sonríe porque en ese momento acepté.

Scott me sujeta por las caderas y me levanta para que me pueda sentar en el borde del escritorio.

Antes de empezar dice:

-Te amo. Y por favor haz silencio.